La enfermera auxiliar Jessica Amael Flores Rivas y el joven David Uriel Maradiaga Talavera fueron remitidos a juicio este jueves para el próximo 4 de mayo, acusados por el delito de secuestro simple, en perjuicio de una recién nacida de la comunidad El Olingo en Quilalí, Nueva Segovia.
La juez de audiencia, Marbely Blandón, mantuvo la medida de prisión preventiva para ambos procesados, que se encuentran en las celdas de la Policía Nacional en Ocotal.
Eyling Yahoska Landes, en representación del Ministerio Público, presentó las pruebas que hará valer en juicio oral y público. A partir de este mismo jueves las defensas técnicas tienen 15 días para buscar sus pruebas.
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El juicio será el 4 de mayo a las 9:00 am, pero un día antes -a solicitud de la defensa técnica- realizarán una audiencia preparatoria “por considerar que hay prueba ilegal que deberá ser excluida del juicio”, indicó el abogado defensor de Jessica Flores Rivas, Gabriel Díaz.
Díaz detalló que esa prueba consiste en un estudio informático realizado por la Policía Nacional a los celulares de los acusados, con autorización de un juez no competente en la causa y que no se produjo conforme lo establecido en la norma constitucional penal y la norma procesal penal.
Defensa desvirtúa versiones
Insistió en que su papel será demostrar en el proceso que Leslie Morán, madre de la recién nacida, entregó el pasado 1 de marzo a su hija por voluntad propia y sin dinero a cambio.
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Con las pruebas del Ministerio Público, la defensa desvirtuó versiones de que su defendida se haya presentado a la casa de la campesina de Quilalí vestida de enfermera.
Manifestó que otros testigos dan fe de que la niña fue entregada a las 7:30 a.m. del primero de marzo y que a las 1:00 y 1:30 p.m. la ahora procesada le hizo a la mamá de la niña dos llamadas para decirle que no se preocupara porque la niña se encontraba muy bien. “Se intercambiaron números de celular, eso indica que no hubo tal secuestro”, enfatizó el litigante.
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