En 2030 Nicaragua no podrá continuar atrayendo inversión extranjera ofreciendo como incentivo principal su mano de obra barata, tal como lo ha hecho en los últimos años. La rápida automatización del empleo a nivel mundial, que abarata fuertemente los costos producción, ocasionará que los inversionistas valoren más de un país el costo de la energía y la calificación del personal, que su mano de obra barata.
Esta tendencia fue advertida ayer por la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, a un grupo de empresarios y de otros sectores que participaron en la conferencia titulada Perspectiva 2018. El camino hacia 2030 inicia hoy, realizada en Managua.
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“Hasta ahora, Nicaragua ha dependido mayormente del bajo costo de su mano de obra. Pero, en la Nicaragua del 2030 esta opción no es viable. Por lo que si no desea quedarse rezagada, debe enfocarse en generar energía con precios competitivos y preparar a su juventud”, afirmó Dogu, quien recordó que actualmente una empresa para invertir valora tres factores fundamentales: el costo de la mano de obra, el costo de la energía y la calificación del personal.
A criterio de la diplomática este sería uno de los principales impactos para Nicaragua de la Cuarta Revolución Industrial que junto con la globalización, ofrecen oportunidades y desventajas.
“En la medida que más actividades sean realizadas por robots, el costo de la mano de obra se vuelve irrelevante.
Entonces, la innovación y el conocimiento se convierten en motores del desarrollo”, afirmó la diplomática.
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Esta advertencia contrasta con las proyecciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), que en su tercer informe de coyuntura económica señaló que Nicaragua en los próximos cinco años mantendría su competitividad salarial frente a los países de la región en la atracción de inversión.
“Para el año 2022, el costo del salario mínimo por hora en Nicaragua para una persona que labora bajo el régimen de zonas francas, e incluyendo todos los beneficios de Ley, se calcula en 1.40 dólares, lo que significa 3.8 veces menos con respecto a Costa Rica o incluso 1.76 veces menor que el de El Salvador. Esto deja al país en clara ventaja para continuar atrayendo proyectos de inversión extranjera que son intensivos en el uso de mano de obra como principal insumo para la manufactura o la prestación de servicios”, pronosticó.
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En cuanto al tema del costo de la energía en ese mismo reporte, Funides señaló que “el país posee uno de los mayores costos de la energía por kWh (kilowatt) en toda la región centroamericana para los clientes de tipo industrial que requieren de altos consumos energéticos para llevar a cabo su proceso”. Y muestra de ello es que mientras en Nicaragua cada kilowatt hora para el sector industrial tiene un precio de 0.187 dólares en Guatemala es de 0.102 dólares, el más bajo de la región. El precio de Nicaragua está por encima de la media regional.
Más allá del impacto que tendrá esta revolución tecnológica en la competitividad de Nicaragua, principalmente en materia de atracción de inversión, Dogu dijo que el país puede sacarle provecho a este proceso global, adoptando tecnología en distintos campos económicos, tal como lo están haciendo algunos países africanos, inclusive más pobres que Nicaragua.
Las oportunidades
En casi una década la población mundial alcanzará los 9,000 millones de personas, lo que implicará que el mundo requiera elevar en 70 por ciento su producción de alimentos.
Y tomando en cuenta que Nicaragua es fuertemente agrícola, Dogu señaló que dotar al campo de tecnología avanzada en genética para incrementar la productividad de los cultivos y el ganado será fundamental, si quiere sacar provecho del aumento de la demanda mundial de alimentos.
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La diplomática recordó que “las tecnologías genéticas no solo mejoran la productividad, sino también la rentabilidad”. A manera de ejemplo, mencionó que en los últimos años países como Brasil y Argentina han adoptado estas tecnologías de Ingeniería Genética y aumentado la producción de maíz y soya, en tanto Nicaragua desde entonces mantiene los mismos niveles de producción por “no incorporar nuevas tecnologías”.
Es por esa razón, que la diplomática señaló la necesidad de un marco jurídico incluyente para los cultivos transgénicos, que permita a los productores tener acceso a estas tecnologías “y así poder competir en la arena internacional”.
Alivia costos
Dogu señaló que la revolución tecnológica ha propiciado la aparición de productos que ayudan a países como Nicaragua a optimizar los limitados recursos financieros que se tienen para invertir en infraestructura, como por ejemplo las carreteras, cuyo mantenimiento tiene un alto costo.
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“La embajada está satisfecha de haber dado a conocer a una empresa estadounidense que ha desarrollado fibras especializadas que fortalecen el asfalto, logrando que las carreteras, estacionamientos y demás superficies sean más duraderas y ahorren material”, afirmó al tiempo que recordó lo difícil que es para el país “mantener las carreteras sin baches”.
Adoptar leyes rápido atrae inversión
Otra forma de superar esta limitación en infraestructura es auxiliarse de tecnologías innovadoras como los drones, tal como lo hace Ruanda, que es un país montañoso de África, con un pasado violento y más pobre que Nicaragua.
En ese país, Dogu mencionó que dada la reducida infraestructura vial, están usando drones para la entrega de sangre a los centros de salud. “Mientras que una entrega por vehículo podría demorar horas en aquellos lugares donde hay carreteras, una entrega por medio de drones dura 20 minutos, sin necesidad de ninguna infraestructura adicional.
Este es otro ejemplo en el cual la tecnología se adelanta a las leyes”, afirmó.
“Cada país es diferente. Pero los países que adaptan sus leyes más rápido y las conforman a la norma internacional tienen más probabilidades de atraer la atención positiva de los inversionistas potenciales”, acotó.
En Nicaragua el sector privado lleva años pidiendo al Gobierno que autorice el uso de drones en varias actividades económicas para abaratar costos, pero hasta ahora se continúa sin aprobar una Ley.
“Hasta cierto punto, un menor desarrollo puede representar una ventaja. Por ejemplo, África está muy adelantada en comparación con Estados Unidos en cuanto al desarrollo de nuevas y creativas formas de hacer negocios bancarios móviles, porque no cuenta con una industria preexistente y de tamaño considerable que requiera modificación para incorporar nueva tecnología. Nicaragua está en una situación similar, aunque con mayores recursos económicos que muchos países africanos”, afirmó.
Muy a menudo los nicaragüenses se conforman con los mismos métodos que utilizaban sus abuelos, que si bien honran la tradición, sacrifican ganancias”,Laura Dogu, embajadora de EE.UU. en Nicaragua.
Invertir en la educación bilingüe
La embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, también abogó por acelerar el proceso de educación bilingüe en Nicaragua, para asegurar que los nicaragüenses no solo tengan mejores oportunidades laborales, sino también para que pueden acceder a “los conocimientos e investigaciones más recientes en diferentes disciplinas académicas, que solo están disponibles en idioma inglés”.