En las últimas temporadas, los accesorios han ido ganando protagonismo en los estilismos, relegando las prendas a un segundo plano en favor de gargantillas, gafas de pasta, sombreros y, ahora, pendientes, que llegan dispuestos a acaparar toda la atención, en distintos formatos y colores.
El nuevo complemento fetiche ya ha conquistado pasarelas, alfombras rojas e incluso eventos de la realeza, tres escenarios muy diferentes donde los pendientes han demostrado su capacidad para hacer elegantes los estilismos de calle, y dar un punto divertido a los “looks” más conservadores.
De flecos para marcar el ritmo
En la temporada actual, el ritmo lo marcan siluetas elongadas, cuyo mejor representante son los flecos de tela, que aportan textura, movimiento y color a los looks de belleza, dinamizando las facciones y dirigiendo toda la atención hacia el rostro.
Una tendencia que no ha tardado en convertirse en una apuesta segura para diseñadores e “influencers” internacionales, y que está protagonizando algunos de los estilismos más inspiradores de los “street style” actuales.
¿A qué suenan las flores?
Este modelo ya se ha coronado como el aderezo perfecto de “looks” más elevados, propios de alfombra roja, y se ha colado en los armarios de figuras como Ivanka Trump, hija del presidente de los Estados Unidos, o la reina Letizia, que ha elegido esta popular flor para refrescar sus conservadores estilismos.
Las rosas pasan de los jardines al joyero para posicionarse como complemento todoterreno, que abarca todas las edades y armarios, impregnando el estilo urbano de un marcado carácter bohemio, y dulcificando los vestuarios maduros con formas románticas.
Asimetría, la clave del equilibrio
Todas las variaciones de los pendientes XXL son válidas para jugar a la asimetría, la otra tendencia estrella de la temporada en lo que a accesorios respecta, que invita a combinar distintas formas y tamaños para encontrar el equilibrio del “look”.
Una práctica que empezó hace años con los “earcuff”, pieza que cubre casi por completo una de las orejas, y que ahora vuelve para hacer de la desproporción el elemento clave de esta temporada, en la que llevar una oreja desnuda y una gran flor en la otra ha pasado de ser un despiste a un símbolo de amor por la moda.