La embajadora de los Estados Unidos (EE.UU.) en Nicaragua, señora Laura Dogu, aseguró este miércoles ante una nutrida concurrencia en un evento empresarial, que “la situación de Nicaragua puede ser descrita como incierta”.
Según la diplomática estadounidense, la incertidumbre se debe, primero, “a las decisiones que los nicaragüenses han tomado sobre el rumbo que está llevando el país”, y segundo, “a las tendencias mundiales que afectan a todos los países”. A continuación la Embajadora precisó algunas cuestiones que a su juicio han generado la incertidumbre de la situación de Nicaragua.
La embajadora Laura Dogu, desde que comenzó su misión diplomática en el país siempre ha hablado con franqueza. Pero a decir verdad nunca lo había hecho de manera tan clara y directa como esta vez. Podría decirse —y así lo han valorado expertos nicaragüenses en política de los EE.UU.—, que ya se comienza a sentir en Nicaragua el “efecto Pompeo”, desde antes que el nuevo titular del Departamento de Estado designado por el presidente Donald Trump, sea confirmado por el Senado.
Al mencionar “las decisiones que los nicaragüenses han tomado sobre el rumbo que está llevando el país”, la embajadora Dogu se refiere sin duda a los hechos erráticos y antidemocráticos del Gobierno de Nicaragua y personalmente de Daniel Ortega. De esas decisiones no se puede culpar a la mayoría de los nicaragüenses, que soportan las consecuencias negativas del régimen autoritario orteguista, forman parte de manera activa o pasiva de los sectores sociales y políticos democráticos y más bien las han criticado y repudiado categóricamente.
Entre los hechos que han determinado el rumbo de incertidumbre que lleva Nicaragua, en el ámbito internacional hay que destacar, según lo dicho por la embajadora Dogu, el respaldo explícito del régimen orteguista a las agresiones y anexiones imperialistas de Rusia en el Cáucaso y Ucrania, y su alineamiento con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
En el plano nacional, la incertidumbre de la situación de Nicaragua es causada por los fraudes electorales y las adulteraciones constitucionales que ha hecho Daniel Ortega para permanecer indefinidamente en el poder; la eliminación de la independencia de poderes del Estado; el socavamiento de la institucionalidad democrática; la partidarización de las fuerzas armadas; la exclusión de la oposición de las elecciones de 2016, y la expulsión de los diputados opositores de la Asamblea Nacional, etc.
A Daniel Ortega le hicieron creer sus asesores en política exterior y estadounidense, que mientras actuara contra el narcotráfico internacional y la inmigración ilegal hacia los EE.UU., a los gobernantes gringos no les importarían los atropellos orteguistas a las instituciones democráticas de Nicaragua y a la libertad y los derechos humanos de los nicaragüenses.
Ha sido un craso error. Independientemente de los errores y vacilaciones eventuales de los gobernantes de los EE.UU., este siempre ha sido un país de valores democráticos que comparte con otras naciones y vela por su respeto en cualquier parte del mundo.