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El Albergue Padre Juan

Cierta vez que cuidábamos a mi mamá en el hospital, a la medianoche, cuando en las salas ya solo quedan los pacientes y familiares que buscan como reposar en las sillas, a los pies de su enfermo, en las bancas de los pasillos o en cartones sobre el piso, llegó un señor con un lampazo y comenzó a limpiar debajo de una cama. Las demás personas comenzaron a reírse. Una dijo: preparen el café que ya va a estar el pan, aludiendo a la semejanza entre limpiar y barrer el horno. El hombre se acomodaba para dormir debajo del lecho de su esposa. Yo también me reí. Y él celebró la broma. Era una risa colectiva, de comprensión, de solidaridad, de buscarle acomodo a la vida.

Esto lo conocía muy bien y le preocupaba al padre Juan, sacerdote y enfermero francés, que trabajó en Nicaragua hasta el final de sus días, y que colaboró como docente en la Escuela de Enfermería de La Trinidad. Acompañó a la población de Estelí por más de treinta años. Para él, Jesús era verbo y sustantivo: además de llevar la palabra de Dios, llevaba esa palabra hecha acción por los más pobres; así, buscaba financiamiento con las relaciones en su país, para construir o reparar casas, becar a estudiantes de enfermería. También fortaleció el Dispensario San Antonio, y desarrolló otros proyectos de carácter social en las comunidades y los barrios de Estelí, por lo que se ganó el corazón de la gente.

Murió en su país natal, en octubre del 2016. Su último sueño fue ofrecer alojamiento a personas de escasos recursos, provenientes de la zona rural del departamento, que tienen que desplazarse para acompañar o visitar a familiares en el Hospital San Juan de Dios, el sistema penitenciario Puertas de la Esperanza y la Casa Materna.

La Asociación San Juan Bautista, fundada por él, es la que lleva adelante el proyecto, concebido en tres etapas. Ya iniciaron labores en el terreno, cerca del Hospital San Juan de Dios y cuentan con 17 camas, de las 22 que contemplan en la primera fase; para marzo del 2018. En una segunda, ampliarán a 44; y en la tercera, construir un segundo piso para aumentar a 88. Contará con dormitorios, servicios higiénicos, cocina comedor, área de lavado, oratorio, recepción y administración.

Para recaudar fondos efectúan diferentes actividades. Campañas con los institutos maristas de Centroamérica y Puerto Rico. Además de buscar financiamiento dentro y fuera del país. Cuentan con la solidaridad de personas y organizaciones de Francia. Realizan alianzas con instituciones, organizaciones, tanto para el aporte económico como el apoyo de actividades. Y esperan que se sumen más, pues es un proyecto que requiere muchos recursos.

Ahora, los familiares de los pacientes y de las embarazadas ya no andarán buscando donde bañarse, o guardar sus cosas, donde descansar un rato, para recuperar energías. Porque no es lo mismo estar durante una semana día y noche en el hospital; sin dormir, mal comido, que tener un lugar seguro y acogedor que te ayude. Y las madres que madrugan para ver a sus hijos y llevarles alimento y consuelo, también tendrán donde esperar, antes o después de la visita al Penitenciario. ¡Gracias, padre Juan!

La autora es educadora.

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