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Semana Santa, Nicaragua

LA PRENSA/William Aragón

Las costumbres y tradiciones que desaparecen en Semana Santa

Pobladores de Estelí, Madriz y Nueva Segovia recuerdan las actividades que se realizaban en épocas pasadas en el país

La celebración de la Semana Santa (o Semana Mayor) en Nicaragua es una de las festividades religiosas más importante del año con una profunda y arraigada tradición de las familias de las zonas urbanas y rurales, mayormente católicas.

En los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia las multitudes de feligreses católicos acostumbran a ir en familia a las procesiones para recorrer las calles con las imágenes de los santos que representan la vida y pasión de Jesús, pero desde la década de los años 80 hasta la fecha la afluencia de creyentes ha ido disminuyendo en estas celebraciones y las costumbres y tradiciones van desapareciendo, según pobladores.

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“Yo recuerdo que allá por los años 60 y 70 nuestros padres y abuelos nos regañaban de que anduviéramos brincando o corriendo por la casa o en la calle, porque decían que pisoteábamos al Señor. Tampoco circulaban carros y buses durante toda la Semana Santa y se miraban desoladas las calles sin vehículos. La gente no iba al mar sino a las procesiones en familia”, dice Rosa Estebana Lazo Rodríguez, de 91 años, de la comunidad indígena de Palmira, en el municipio de Totogalpa, Madriz.

Ventura Ernesto Morales Corrales, de 70 años, habitante del sector 6 de la ciudad de Somoto, dice que “la gente de la nueva generación prefiere ir a veranear y consumir licor, porque ven la Semana Santa como de recreación y se olvidan de que es de reflexión y de entrega a la pasión de Cristo que dio su vida por nosotros”, señaló.

Morales dice que ahora hay menos religiosidad pues los catolicos van a las procesiones a conversar o a estar con sus celulares. “Principalmente los jóvenes van a misa y están con el celular sonándoles en el templo o la iglesia, otros andan en las procesiones y van hablando o chateando con el celular”, reiteró. También recordó que antes se ayunaba y las comidas tradicionalmente eran sopas de pescado o sardinas con arroz. “Ahora la gente come hasta carne de cerdo”, dijo.

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Por su parte, Claudia Marieta Medina, originaria de Somoto, dijo que poco a poco se va perdiendo la tradición de las procesiones. “Creo que los líderes de la iglesia católica deben de visitar más a las familias en el campo y en los barrios donde ahora tienen mayor influencia las iglesias evangélicas”, señaló.

Tradiciones y costumbres

La familia de Luis Manuel Rodríguez Mairena, de 78 años, habitante de Estelí, recuerda que en la época de los años 40 hasta los 70 cuando llegaba la Semana Santa las pocas emisoras (de radios) y televisoras que habían  en el país transmitían la pasión de Cristo.

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“En esa época todo era bien ordenadito. Había la procesión del silencio o de los varones, y ahí no iban las mujeres, y se recorría en horas de la noche las calles de la ciudad en total silencio y llevando veladoras en la mano. También no circulaban durante esos días ningún vehículo, ni se iba mucho al mar o a los ríos y a las piscinas. Tampoco se consumía, como ahora, tanto licor”, dijo.

Alma Iris Tercero Loayza, de 98 años, de la comunidad El Carbón, en el municipio de Jalapa, Nueva Segovia, recuerda las comidas que se preparaban para esa época. “Nosotros preparábamos pescado seco en sopa, además de los tamales pisques y los frescos de chicha de maíz para después ir toda la familia a las procesiones que recorrían las calles”, recordó.

Departamentales católicos Nicaragua Semana Santa archivo

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