La sustracción de al menos 50 millones de perfiles de Facebook de parte de Cambridge Analytica y que se usó con fines políticos en la pasada campaña presidencial estadounidense ha provocado un debate mundial respecto a la seguridad de los datos personales. Parlamentarios del Congreso de Estados Unidos, Gran Bretaña y de la Unión Europea, solicitaron formalmente la presencia de Mark Zuckerberg para que brinde las explicaciones pertinentes.
Cambridge Analytica estaba ligada a la campaña de Donald Trump. La especialidad de esta firma es influir en las tendencias emocionales de las personas al conocer la personalidad de los electores. Este modelo fue desarrollado por Michael Kosinsky, investigador de la Universidad de Cambridge. Surge de conectar los likes de las personas en Facebook con un test de personalidad que mide por ejemplo, si el individuo es abierto a la experiencia, si es meticuloso, extrovertido, amable u obsesivo.
Según los expertos, este retrato, unido a la información de acceso libre que está en el universo digital del usuario como hábitos, compras y viajes entre otros, sirve para configurar el Perfil Psicográfico, que vendría a prever la tendencia del voto. Es decir, que si se conoce la personalidad del elector, se pueden ajustar más los mensajes multiplicando el impacto deseado.
La defensa de Zuckerberg ha sido pobre, admitiendo los errores y prometió que dicha red social hará los ajustes necesarios para proteger los datos personales de los usuarios. Al redactar este artículo, Facebook tenía pérdidas de 58 mil millones de dólares y cuatro demandas en distintos tribunales.
Recordemos que esta red social siempre ha estado en el ojo del huracán desde que nació, con la acusación de copia de los gemelos Winklevoos, quienes fueron silenciados por una generosa suma de dinero.
Otro escándalo fue el lanzamiento de Facebook Live, sistema de video en vivo que dio paso a escenas de alto contenido sexual y de violencia, incluyendo suicidios en tiempo real.
Después fue la crisis en su relación con los medios profesionales al cambiar el algoritmo dejando en segundo plano los enlaces de informaciones periodísticas serias para dar prioridad a publicaciones de familiares y amistades. Esto provocó el retiro del mayor periódico de Brasil, Folha de S. Paulo, bajo el argumento que con el cambio de algoritmo disminuyó la visibilidad del periodismo profesional.
Prestigiosos medios de comunicación han criticado a Zuckerberg por no haber resuelto el problema de las Fake News —noticias falsas—.
Recientemente el primer presidente de Facebook, Sean Parker, alertó del daño al cerebro que esta red social le está haciendo a muchas generaciones. “¿Cómo podemos consumir la mayor parte de tu tiempo consciente? Esto significa que teníamos que dar un poquito de dopamina cada rato. O bien porque alguien le había dado me gusta o porque habían comentado tu foto. Y a eso contribuye la creación de contenidos para de nuevo crear más comentarios y me gusta”, expreso Parker.
La dopamina es un neurotransmisor que transmite la información entre las diferentes neuronas del cerebro. Cuando se altera su producción o movimiento se deteriora la comunicación entre las neuronas.
Otro de los ingredientes de este cóctel es el factor social. “La validación en bucle de los contactos, eso es exactamente lo que se buscaba. Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana. Los inventores de esto, tanto yo como Mark Zuckerberg como Kevin Systrom de Instagram y toda esa gente lo sabíamos. Y lo hicimos igualmente”, afirmó Parker.
Por los constantes escándalos de la popular red social ya existen campañas para desaparecerla. “Es hora. #deletedfacebook, invita Brian Acton, cofundador de WhatsApp, que Zuckerberg compró en 22 mil millones de dólares en 2014.
Se puede vivir mejor sin Facebook, libre del abuso psicológico constante y volver a sostener relaciones cara a cara y no virtuales.
La evolución de los seres humanos en toda su historia ha sido por las interacciones cara a cara. “Es la única forma en que se liberen al torrente sanguíneo las hormonas sociales, como la oxitocina, en lugar de las hormonas del estrés como el cortisol, liberado mediante el uso de las redes sociales”, opinó un teórico de los medios, Douglas Rushkoff, quien dejó Facebook en 2013.
El autor es periodista.