14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Importancia de la lectura y la escritura

De todas las habilidades que podemos adquirir en nuestras vidas la lectura y escritura son sin dudas las más valiosas. Es gracias a tales capacidades que los sujetos pueden interactuar de manera activa con su medio y con las demás personas que les rodean. Al 2009 Nicaragua informó tener una tasa de analfabetismo del 3.5 por ciento, lo que significó un trabajo loable del Estado de Nicaragua por erradicar el analfabetismo. No obstante lo anterior debe tenerse en cuenta que la simple lectura y escritura como herramientas comprensivas de textos, símbolos y signos, no significa per se que el ciudadano que lee y escribe de manera básica comprende cabalmente lo que tiene frente a sus ojos.

Muchos de nosotros leemos una y otra vez los distintos documentos con los que lidiamos a diario: escritos legales, contratos bancarios, facturas, promociones comerciales, etc., teniendo siempre cuidado de quedar claros de lo que se pretende establecer en el documento y que posteriormente se convertirán en derechos y obligaciones que nos aten. En todo caso siempre nos encontraremos con la barrera del tecnicismo propia de la materia en que se redactan o bien de las imbricadas redacciones dolosas que se puedan presentar en algunos escritos en particular y por ello, razón por lo cual ciertas áreas del derecho han establecido el derecho a la información veraz y transparente, que posteriormente en tema de interpretación contractual se materializa, por ejemplo, en el principio in dubio pro operario o in dubio pro consumidor, por citar algunos casos, haciendo alusión a la situación desigual que existe entre las partes contratantes en determinadas situaciones.

Con tales precedentes estamos claros que algunas veces nos aproximamos más a la comprensión socrática de solo saber que no sabemos nada, en relación a la información que tenemos frente a nosotros, haciéndose más precaria esa situación cuando añadimos el componente del nivel académico de la población nicaragüense. El simple hecho de estar escribiendo hoy en este diario es ya un privilegio, porque muchas grandes ideas y aportes de ciudadanos nicaragüenses no pueden llegar a la luz pública debido a la limitante de la correcta escritura transmisora de ideas y que niega la amplia experiencia que perdura únicamente en la expresión oral.

En el campo de la participación ciudadana también la escritura y lectura juegan un papel preponderante. Por una parte para tener la capacidad necesaria de criticar los distintos programas políticos que son presentados en vísperas electorales, de tal manera que podamos determinar su idoneidad para nuestra realidad nacional y denunciar la desfachatez del político que copia y pega proyectos políticos de otros países y los maruchanea en nuestra realidad nacional. O bien, a través de la crítica pública en medios de comunicación masiva para hacer propuestas concretas de gobernabilidad o de invocación de restitución de derechos fundamentales que han sido olvidados en los diversos programas políticos de hogaño.

La Constitución Política de Nicaragua establece en su art. 2 que la soberanía nacional reside en el pueblo y que esta se ejerce a través de instrumentos democráticos, los que se configuran de manera directa a través de la elección de funcionarios públicos en elecciones democráticas mediante el ejercicio del derecho al voto y también lo pueden ejercer a través del referéndum y del plebiscito. Estas dos últimas formas de participación ciudadana contenidas también en el Título IX de la Ley Electoral, en donde se norma su utilización a instancia ciudadana mediante solicitud con un número menor de cincuenta mil firmas.

Así las cosas, hemos tratado de expresar como a través del simple acto de leer y escribir, que muchas veces menospreciamos, podemos incidir de gran manera en todos los ámbitos de la sociedad y sobre todo, tratar de mejorarla. De tal manera que conviene tener presente las lecciones de Plinio el Viejo al decir: “Nulla dies sine línea” (Que no pase un solo día sin leer o escribir).
—A cambio de tu ayuda, te ofrezco algo invaluable.
—¿Mi libertad?
—Nos pueden quitar la libertad, como tú ya sabes. Te ofrezco el conocimiento. Todo lo que he aprendido.

El Conde de Montecristo: Conversación entre Abate Faria y Edmundo Dantés

El autor es abogado y notario.

Opinión escritura lectura archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí