La caravana dormitaba este martes en Matías Romero, un pueblo de Oaxaca por donde pasa el tren conocido como La Bestia, y donde han acampado y son alimentados por la población que además les ha cedido un lugar donde quedarse. LA PRENSA/EFE
Más de mil migrantes centroamericanos atravesaron estos días México rumbo a Estados Unidos, en una caravana que este año multiplicó sus participantes debido a la delicada situación que vive Honduras, El Salvador y Guatemala. LA PRENSA/EFE
Sentados o tumbados sobre cobijas dispuestas en el suelo en un parque de la localidad de Mapastepec, los centroamericanos descansan a la sombra tras horas de caminata. LA PRENSA/EFE
Estos migrantes centroamericanos, entre ellos menores de edad, reciben alimentos y toman un descanso a su paso por la población de Nicolás Romero en el estado de Oaxaca, en México. LA PRENSA/EFE
Las jornadas del llamado "Viacrucis migrantes", nombre que adquiere por su coincidencia con la Semana Santa, comienzan a las 5:00 de la mañana, para aprovechar las horas en las que el sol no golpea tan fuerte. LA PRENSA/EFE
Mucha de la ayuda que los migrantes reciben a lo largo de su camino, incluyendo la comida, proviene de lo que ofrecen los habitantes de las comunidades donde pasan. LA PRENSA/EFE
Los organizadores estiman que en toda la caravana migrante hay unas 500 mujeres y niños. Están conscientes de que el camino es duro, pero quieren asumir el riesgo para llegar a Estados Unidos y tener un mejor "un futuro", según dicen. LA PRENSA/EFE
"Hasta que podamos tener un muro y seguridad adecuada, vamos a estar vigilando nuestra frontera con nuestras Fuerzas Armadas", dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como una amenaza para la "caravana" de migrantes centroamericanos que se dirigía a su país, pero que este miércoles se disolvió. LA PRENSA/EFE
Estos centroamericanos viajan en grupos masivos en parte para protegerse de los secuestradores, ladrones y violadores que acechan en la ruta a los migrantes, pero también para atraer más la atención y que las autoridades se den cuenta sobre la dura situación que viven en sus respectivos países. LA PRENSA/EFE
