Por estrés podemos engordar lo mismo que al comer una hamburguesa con doble queso o una barra de chocolate, afirman científicos de la Universidad Brigham Young de Estados Unidos. Los expertos descubrieron en un estudio que el estrés afecta al intestino y esto ayuda a que se gane peso con más facilidad. Además, revelan los estudiosos en su publicación, el estrés nos induce a comer alimentos altos en azúcar y en consecuencia ganamos más peso del deseado. Otro de los factores que influye en el aumento de peso es el insomnio. “La corta duración del sueño se asocia a una mayor ingesta calórica total, a dietas con más grasas y menos proteínas y a reducir frutas y verduras”, explica Guillermo Fouce, profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), a El País.
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