El presidente estadounidense, Donald Trump, no viajará a la Cumbre de las Américas en Perú ni a Colombia este fin de semana y enviará en su lugar al vicepresidente, Mike Pence, informó este martes la Casa Blanca.
“El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria, y vigilar los acontecimiento globales”, explicó Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado.
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La VIII edición de la Cumbre, que se celebrará en Lima, Perú, el 13 y 14 de abril, iba a permitir comprobar si la relación de Trump con Latinoamérica puede ir más allá de las críticas a los inmigrantes y, a las alianzas comerciales, que han marcado hasta ahora su discurso.
El viaje de Trump a Perú y a Colombia, supondría la primera visita a Latinoamérica de un presidente que centró su campaña electoral en la promesa de construir un muro con México, y cuya retórica sobre la inmigración ha irritado en su primer año en el poder.
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Trump no ha hecho grandes esfuerzos por trazar una estrategia hacia Latinoamérica, donde es más impopular que en ninguna otra parte del mundo: solo el 16 por ciento de los latinoamericanos le ven con buenos ojos, según una reciente encuesta de la consultora Gallup.
Muchos observadores ya se esperaban, por tanto, que Trump desechara su invitación a la Cumbre de las Américas. Pero estaba la duda por un país en la región que preocupa especialmente a la Casa Blanca, y que atraviesa una crisis con implicaciones migratorias que le interesa contener: Venezuela.