La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) emitió en nombre de sus asociados, que son más de 1,300 periódicos y revistas entre ellos el diario LA PRENSA de Nicaragua, un mensaje con motivo de la VIII Cumbre de las Américas reunida en Lima, la capital de Perú.
El mensaje de la SIP se refiere a la libertad de expresión y de prensa, tema que se ha vuelto más imperativo en este momento al conocerse el cobarde asesinato de tres miembros de un equipo periodístico del diario El Comercio, de Ecuador (Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra) a manos de una banda de terroristas y narcocriminales disidentes de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Señala la SIP que esta Cumbre es “una nueva oportunidad para mostrar nuestra fuerza y valores como organización, así como nuestro compromiso con la promoción de la libertad de prensa”. Y agrega que “los gobernantes de las Américas siguen siendo testigos del total deterioro de las libertades de expresión y de prensa en Cuba y Venezuela, cuyos regímenes continúan violando los derechos humanos de sus ciudadanos e irrespetando los principios esenciales de la Carta Democrática Interamericana”.
En el mensaje de la SIP se menciona únicamente a Cuba y Venezuela, porque los regímenes de estos dos países son los que más violan los derechos humanos, impiden la libertad de expresión y de prensa e irrespetan los valores de la Carta Democrática Interamericana. Pero se debería incluir a Nicaragua, donde la situación de los derechos humanos, la libertad de prensa y las instituciones de la democracia no es tan grave como en Cuba y Venezuela, pero sufren un creciente deterioro bajo el régimen de Daniel Ortega.
El mensaje de la SIP a la VIII Cumbre de las Américas reconoce que “ningún gobierno de las Américas está exento de cometer abusos, generar corrupción y aplicar censuras, pero (advierte que) en aquellos donde existen sistemas democráticos con separación de poderes, jueces independientes, mecanismos de transparencia y prensa libre, se logran los contrapesos necesarios para construir mejores democracias”.
Este no es el caso de Nicaragua. Aquí no hay un sistema democrático con separación de poderes. Los jueces no son independientes. Los mecanismos de transparencia no funcionan y a la poca prensa libre existente se le limita el acceso a la información. Y no existen los contrapesos que son necesarios para mantener y mejorar la democracia.
Nosotros hemos sido y somos solidarios con quienes luchan por la libertad y la democracia en los Estados carcelarios de Cuba y Venezuela. Pero también esperamos la solidaridad de los gobiernos democráticos de las Américas, que podrían hacer mucho más de lo que hacen contra las dictaduras que son parte del sistema hemisférico pero no respetan la Carta Democrática interamericana. La libertad y la democracia, que son buenas y necesarias para Cuba y Venezuela, también lo son o lo deben ser para Nicaragua.