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Desde el 2008 hasta el año pasado, las pensiones de guerra se han incrementado en 43 por ciento. LA PRENSA/ARCHIVO

Pensiones a víctimas de guerra deterioran las finanzas del INSS

A los contribuyentes les costó esta pensión 938.85 millones de córdobas, equivalentes al cuarenta por ciento del déficit más alto registrado por el INSS, desde que cayó en crisis en 2013

La pensión a víctimas de guerra continuó, entre otras razones, deteriorando aún más las finanzas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y aunque han pasado más de veinte años del fin de los conflictos bélicos que la originaron, dicha entidad continuó aprobando nuevas pensiones de este tipo, según refleja el Anuario Estadístico del instituto.

En total, a los contribuyentes les costó esta pensión 938.85 millones de córdobas, equivalentes al cuarenta por ciento del déficit más alto registrado por el INSS, desde que cayó en crisis en 2013.

El año pasado el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social terminó con un hueco financiero de 2,372 millones de córdobas, lo que presentó un aumento comparado con los 1,579 millones de córdobas de 2016, según cifras publicadas por el Banco Central de Nicaragua. El Fondo Monetario Internacional acortó a 2019 la sobrevivencia del INSS, por lo que urgió aplicar drásticas medidas para sacarlo de la crisis.

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Entre las insistencias de los especialistas en materia de Seguridad Social figura quitarle al INSS la pesada carga que implica la pensión para víctimas de guerra, que se paga a unas 31,757 personas, aprobaciones que se continuaron haciendo hasta el año pasado, pese a que el número de beneficiarios globales se redujo respecto a 2016.

Según el reporte del INSS, en 2017 se aprobaron 969 nuevas pensiones de este tipo, que el mismo instituto define como aporte a personas que nunca contribuyeron a las finanzas del Seguro Social.

 

El mayor número de casos son provenientes del Ejército Popular Sandinista, con el 30.6 por ciento de los casos; Servicio Militar Patriótico con 20.7 por ciento y la Resistencia Nicaragüense con el 24.4 por ciento, indica el reporte.

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“El programa tiene como origen la guerra de liberación contra la dictadura somocista en el año de 1979 y la guerra de agresión de los Estados Unidos de América, durante el período de 1980 a 1990, en las cuales muchos nicaragüenses resultaron afectados con discapacidades diversas, huérfanos, viudas y madres de caídos. En respuesta a las necesidades de estas personas surge el programa de víctimas de guerra, orientado a apoyar la restitución de sus facultades físicas y económicas”, justifica el INSS en el reporte.

En promedio, cada uno de estos pensionados recibió el año pasado 2,222.16 córdobas mensuales, superior en 4.8 por ciento al registrado en 2016.

Lo anterior implicó, entre otras razones, que la carga total de este tipo de pensiones se incrementara en unos 37 millones de córdobas. Este monto incluye el pago de pensiones, préstamos y pagos atrasados a este grupo de pensionados.

Más pensiones en época de paz

El especialista en finanzas, José Dolores Gómez, ha señalado que no existe ninguna coherencia entre el crecimiento rápido del número de beneficiarios de la pensión de guerra en una era de paz. “¿Cómo se da esta situación cuando la guerra quedó muy atrás? Nuevamente el factor político”.

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Desde el 2008 hasta el año pasado, las pensiones de guerra se han incrementado en 43 por ciento, ocasionando que el costo económico de pagarlas se haya elevado 175 por ciento, “cuando ya transcurrieron casi veinte años de concluidos los conflictos bélicos”, recordó en su momento Gómez.

El especialista ha lamentado que el Gobierno a través de este tipo de pensiones haya decidido sacrificar al INSS, en un conflicto que no tiene ningún vínculo con dicho instituto.

Según los registros, desde el 2008 de las arcas del Seguro Social han salido más de siete mil millones de córdobas para cubrir esta obligación, cuyo monto es superior a los 5,391 millones de córdobas que hasta el año pasado el INSS acumulaba en reservas técnicas o fondo de ahorro de pensiones.

Trasladarla al Presupuesto

El economista Adolfo Acevedo en varias ocasiones ha planteado que el Gobierno debe trasladar esta carga al Presupuesto General de la República, de tal manera que el 1.5 por ciento que actualmente se destina al Programa de Víctimas de Guerra proveniente de los recursos de los contribuyentes se traslade al programa de enfermedad-maternidad. Junto con estas pensiones también debe trasladarse al gasto público la pensión reducida y la pensión mínima.

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No obstante, el Presupuesto General de la República ya debe lidiar con déficits fiscales, los que son cubiertos cada año con préstamos y donaciones, esta última cada vez con crecimiento raquítico.

Tanto Acevedo como Gómez y el especialista en Seguridad Social, Róger Murillo, han insistido en que toda medida de ajuste del INSS debe pasar por un proceso de recuperación de confianza.

“Queda claro además que un prerrequisito para que el INSS recupere la confianza de la sociedad sería su reconversión en una entidad autónoma y profesional, absolutamente transparente”, enfatizó en su momento Acevedo, quien también ha insistido en hacer reformas con un enfoque integral que abarque la realidad del mercado laboral y demográfico.

13,055 millones de córdobas pagó el año pasado el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social en pensiones, incluida la reducida, del programa de invalidez, vejez y muerte. Esta cifra incluye el pago del aguinaldo.

Las edades

Según el Anuario Estadístico del INSS el 17.7 por ciento de las pensiones de víctimas de guerra está en manos de personas con edades superiores a los 80 años (5,609 casos). En segundo lugar se encuentra el grupo de 50-54 años con 5,537 casos, representando un 17.4 por ciento.

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El rango de 55-59 años con 4,031 casos, un 12.7 por ciento. Los intervalos de edades de 65-69, 70-74 y 75-79, cuentan con 2,803, 3,447 y 3,489 casos respectivamente, para un porcentaje acumulado de 30.7 por ciento.

Economía INSS víctimas de guerra archivo

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