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Camilo De Castro, Reserva Indio Maíz, incendios forestales

Camilo De Castro Belli, ambientalista y cineasta nicaragüense. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

Camilo De Castro: “La gente va a Indio Maíz a hacer dinero”

El ambientalista Camilo De Castro denuncia los hondos problemas que destruyen la reserva de Indio Maíz tras el incendio: quemas iguales que la que comenzó el siniestro, tala de árboles y ganadería ilegal extensiva

La Reserva Indio Maíz ardió por diez días. Según el Gobierno, el fuego se logró apagar el viernes 13 de abril con la ayuda de helicópteros especializados de Fuerzas Aéreas vecinas. Por diez días hubo falta de información, negación de ayuda a Costa Rica, esfuerzo de más de mil efectivos del Ejército Nacional, manifestaciones en distintas ciudades de Nicaragua y, por fin, lluvia.

El ambientalista y documentalista Camilo De Castro Belli, quien ha trabajado en las entrañas de la reserva y la conoce muy bien, y tiene comunicación continua con el pueblo rama y kriol que vive en Indio Maíz desde hace décadas, analiza el siniestro que el científico Jaime Incer Barquero catalogó como “el peor desastre ecológico de Nicaragua”.

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En esta entrevista, Camilo De Castro habla sobre el futuro de las más de cinco mil hectáreas de selva destruidas por el incendio y expone la causa del mismo: la quema de unos ganaderos que no hacían más que perpetuar una nefasta e ilegal acción que ya es costumbre en el pulmón ecológico nicaragüense.

¿Quién comenzó el incendio?
Según información de los comunitarios que están en San Juan de Nicaragua, el incendió comenzó en una finca donde estaban sembrando pasto para ganado. La finca, según la información que tienen los comunitarios, es de una familia de apellido Díaz. Según lo que relatan ellos, el día que comenzó el incendio vieron que había quemas en un lugar de la reserva llamado Siempre Viva. Ellos mencionan a cuatro personas: un señor Casimiro Díaz y sus hijos Pedro, Miguel y William Díaz. Ahora, habría que hacer una investigación y confirmar la información que tienen los comunitarios. Es importante que las autoridades tomen manos en el asunto y sienten un precedente para que los colonos que están en la zona sepan que realizar estas actividades tiene sus consecuencias.

Quiero que los lectores comprendan bien los términos comunitarios, colonos, mestizos. ¿A quiénes nos referimos exactamente?
Ah, okay. Bueno, Indio Maíz tiene una extensión de 2,950 kilómetros cuadrados y 80 por ciento de la reserva corresponde al Territorio Rama y Kriol. Ellos tienen un título que fue otorgado por el Gobierno de Nicaragua. El territorio está integrado por pobladores ramas y krioles. Ellos comparten la administración del territorio. Y por otro lado tenés a los mestizos o colonos, como le denominan ellos. Algunas veces ellos hasta les dicen “The Spaniards”, los españoles. Son personas que están ingresando al territorio desde otros lugares de Nicaragua.

Los ramas y krioles administran el territorio, pero ¿quién garantiza que sus normas se cumplan?
Ese es el tema. El gobierno territorial tiene la potestad de administrar su territorio, pero no tiene un Ejército, no tiene policías, no tiene fuerzas de coerción. Tiene que trabajar de la mano con el Estado nicaragüense para garantizar el cumplimiento de las leyes.

¿Aquí es donde entran el Marena y el Ejército?
Sí, pero esas instituciones no están cumpliendo con su mandato de proteger la reserva, porque no trabajan de la mano con los gobiernos comunales y territoriales. Esto ha dado pie que desde 2009 se ha registrado un incremento considerable de la invasión de personas foráneas que buscan hacerse de grandes extensiones de tierra para sembrar maíz, arroz, frijoles y sobre todo meter ganado para la ganadería.

¿Y para talar árboles?
Claro, talan todo. O sea, talan todo y crean condiciones para la ganadería, sembrar pasto.

¿Son tierras buenísimas, no? Superfértiles.
Son buenísimas y hay personas que se jactan de tener hasta dos mil manzanas dentro de la reserva. Y las autoridades no pueden alegar que no están al tanto de lo que está pasando, porque los puntos de acceso que usan los ganaderos y los invasores ilegales para entrar a la reserva son conocidos por todo mundo. Son caminos abiertos que los colonos en algunos lugares tienen hasta cuadrillas que se turnan cada tanto tiempo para limpiar los caminos de acceso para poder entrar. Lo único que habría que hacer para detener eso es poner puestos de control donde están esos caminos e impedir que sigan entrando.

Camilo De Castro Belli, ambientalista y cineasta nicaragüense. LA PRENSA / Óscar Navarrete.
Camilo De Castro Belli, ambientalista y cineasta nicaragüense. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

¿Y estos colonos han ido acondicionando sus tierras en Indio Maíz con incendios o con tala de árboles?
Hay un proceso. Hay personas organizadas que son traficantes de tierra. Después tenés otras personas que están en busca de tierras para sembrar. Los traficantes de tierra entran con grupos que están bien equipados a hacer carriles en el bosque primario. Entonces cuando están ahí ves surcos que dividen parcelas de cincuenta manzanas o más. Ellos marcan los árboles, entonces ves el carril, ves los árboles marcados que corresponden a la persona que se está adueñando del lugar, y entonces comienza un proceso de “limpieza”, como dicen ellos. Comienzan a zocolar. A cortar toda la vegetación baja para después entrar con motosierras y empezar a cortar todos los árboles. En ese proceso siembran granos básicos para financiar la compra de ganado, si es que no están siendo apoyados por un ganadero grande. Entonces la madera queda tumbada ahí. No la sacan, la queman. Porque el interés primordial es tener la tierra disponible para la ganadería. Despejar el área para meter ganado.

Pero si el Gobierno sabe todo esto, estamos hablando de una complicidad enorme, ¿no?
Sí. Lo que tenés ahí, siento yo, es que hay una combinación de falta de capacidad, corrupción a nivel local con los funcionarios que están supuestos a cuidar esa zona. Tenés desinterés del Gobierno, porque hay un modelo económico que privilegia sobre todo el crecimiento a cualquier costos, y otro factor muy importante que es el racismo. Hay una marcada discriminación hacia los pueblos indígenas y afrodescendientes. Y las autoridades locales privilegian a los mestizos, porque hay una mentalidad que en parte es cultural, de que las tierras están ahí para ser explotadas. Y que si no están limpias, entonces están subutilizadas. Pero es un negocio. La gente va a ahí a hacer dinero porque esa tierra no les cuesta nada. Se instalan ahí, entran, meten al ganado, y esperan a ver si las autoridades van a hacer algo. Como las autoridades no hacen nada, siguen avanzando. Y eso es lo que hemos visto en el territorio. Y los ganaderos te dicen: “Yo estoy aquí y voy a seguir aquí. Si me sacan no pierdo nada, porque ya le saqué lo que le iba a sacar a la tierra”.

¿Esa es la carne que consumimos aquí en el Pacífico?
¡Esa es la carne que exportamos a Estados Unidos principalmente! Y que consumimos en el Pacífico. Los guardabosques, en marzo del año pasado, hicieron un patrullaje en el que encontraron una finca de ganado con vacas enchapadas en el corazón de la reserva. Había ochenta novillos de engorde dentro de la reserva, y encontraron una finca donde ya habían despalado trescientas manzanas y estaban despalando cuando ellos llegaron. Yo te puedo ensañar los videos. Una cuadrilla de tipos cortando árboles y los árboles cayendo. Entonces encontraron esa finca ganadera y después nos juntamos con Onda Local (programa de radio de periodismo investigativo) y ellos hicieron una investigación y fueron a la finca. Los guardabosques tomaron fotos de los fierros y de los números de las chapas, y a partir de eso se inició una investigación para identificar al dueño de la finca. Se logró identificar al dueño de la finca. Se logró identificar a través de una entrevista con él, que estaba ahí, que tenía bajo su posesión dos mil manzanas. Y lo que él argumentó es que estaba ahí y que no lo iban a sacar, porque si lo sacaban a él tenían que sacarlos a todos. Después de eso el gobierno territorial, con todas esas pruebas, hizo una conferencia de prensa con la Asociación de Ganaderos, se hizo una acusación formal en el Marena. Se hizo una acusación formal en el Ministerio Público en contra de esta persona. Todo estaba muy bien documentado. Y hasta el día de hoy no hemos tenido respuesta formal de las instituciones. ¿Qué pasó? El Ministerio Público en Bluefields ordenó crear una comisión interinstitucional para ir al campo a ver. Pero nunca salió al campo. En algún momento nos dimos cuenta que se conformó una comisión del Ejército y el Marena que fue a la finca, y produjo un informe que enumera todos los delitos que cometió esta persona. Y además recomienda que sea procesado para sentar un precedente. Y quemaron la finca y desmantelaron todos los potreros. Su lindero de dos mil manzanas. Teniendo un informe oficial del Marena, todas las pruebas recogidas por el Marena y por el gobierno rama y kriol y los guardabosques, todavía ese individuo, José Solís Durón (el dueño de la finca), está libre. ¿Entonces por qué no capturan a esta persona? ¿Qué hay detrás de eso? Genera muchas dudas. Y lo que hay que entender es que no son pequeños productores, pequeños ganaderos. Son personas que tienen mucho dinero. Yo he pasado por lugares donde hay manzanas y manzanas y manzanas de pasto mejorado. ¡Dentro de la reserva! En la zona núcleo. Te pongo el caso de José Solís Durón como el ejemplo de la negligencia de las autoridades. A este hombre le dicen el Rico.

Volviendo al incendio de estos días, ¿el colono que lo habría empezado también quema para una finca de ganado?
Él tiene un área que él reclama como suya, que está desplazando para sembrar pasto. Los campesinos aquí queman en esta época del año para sembrar pasto. Vos quemás y después tirás las semillas. Es pasto mejorado. Ellos compran bolsas de pasto mejorado y para sembrarlo queman, como hacen con todo aquí. Hay una cultura de quemar en esta época del año.

¿El incendio comenzó por una quema que se ha normalizado en Indio Maíz?
Yo no me suscribo a esta tesis de que esto es hecho a propósito por alguien. Este es un problema que se viene dando todos los años. El problema ahora es que el fuego se salió de control. Por las condiciones que hay en el territorio: tenemos temperaturas cada vez más altas por el cambio climático, porque hay menos precipitación y porque había muchas más hojas secas de palma rafia alrededor del lugar donde inició la quema, y la palma rafia se convirtió en el combustible del incendio.


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Camilo De Castro Belli, ambientalista y cineasta nicaragüense. LA PRENSA / Óscar Navarrete.
Camilo De Castro Belli, ambientalista y cineasta nicaragüense. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

¿La expansión del incendio fue natural por la geografía del lugar o fue provocada?
A ver, este es un tema bien interesante. Este fenómeno, las personas que lo han estudiado consideran que esto pasa naturalmente. Es un fenómeno natural. Te puedo dar el contacto de este investigador. Es de la Universidad de Michigan. Las personas que hemos trabajado mucho en Indio Maíz estábamos preocupadas el año pasado que se diera un incendio como este después del huracán Otto, porque había mucho material vegetal en el suelo. Y por la falta de control que hay, no nos extraña que haya pasado esto. No es la primera vez que en Nicaragua hay un incendio en el que se queman grandes extensiones de palma rafia. Después del huracán Juana se quemaron en un período de tiempo de varios años, noventa mil hectáreas de palma rafia. Por eso cuando vas a esa zona, cerca de Bluefields, no ves árboles, porque ahí se quemó la palma rafia. Las hojas de palma rafia son bien largas y además tienen un aceite que la hacen más inflamable. Por eso el fuego en los primeros días se extendió de forma tan violenta, porque arrasó con la palma rafia que estaba en los suampos. Lo que encontró este investigador de la Universidad de Michigan que te mencionaba, es que estos fenómenos son bastante comunes en el registro histórico de Nicaragua. La palma rafia puede sobrevivir (a las llamas) porque tiene raíces muy profundas. Y puede retoñar o regenerarse después del incendio, pero la madera dura no. Y puede tomar hasta quinientos años para que estos ecosistemas se recuperen.

¿Cuánto tiempo pasó entre el inicio del incendio y la respuesta del gobierno de Ortega y Murillo?
Según entiendo, los comunitarios se dan cuenta muy pronto que hay un incendio en una zona que se llama Siempre Viva, el 3 de abril. Entonces ya en las horas de la noche se acercaron al lugar del incendio y vieron que era de gran magnitud en esa zona. Al día siguiente se conformó un grupo de cien personas integrado por voluntarios de San Juan de Nicaragua, los guardabosques krioles, el Ejército, trabajadores del dragado y de la alcaldía, para ir a combatir el incendio. En ese momento había tres focos de incendio. Por todo el combustible que hay en el suelo, el viento y la falta de lluvia, el incendio se comienza a propagar muy rápido hacia el sur, oeste y norte. Y podés ver en el mapa que de un día para otro el incendio creció muy rápido y se les salió de las manos a los comunitarios. El jueves ya no sale la brigada porque es peligroso. Se quedan todos en San Juan. No estaban capacitados para apagar un fuego de esta envergadura. Y el Gobierno comenzó a reaccionar tres días después, movilizando a más efectivos del Ejército y otras instituciones para responder al incendio. Pero yo entiendo que ellos tenían información desde el primer momento de que había un incendio, pero les tomó mucho tiempo reaccionar.

¿Por qué la reacción tan tardía?
Para mí, la principal razón es porque no había un plan para responder a una situación como esta.

¿Tuvieron que improvisar?
Como es una zona bien compleja, alejada, y el acceso es bien difícil, les tomó tiempo armar un plan de respuesta. Pero mi punto es que tendrían que haber tenido un plan consensuado para atender una situación como esta. A mí me parece increíble que con todos los incendios que tiene Nicaragua cada año, no haya aquí un helicóptero apagafuegos. El año pasado, después del huracán Otto, el Gobierno de Nicaragua cobró un seguro por desastres equivalente a 1.1 millones de dólares. Nunca se supo cómo se usaron esos fondos. ¿Qué tal si se hubiera utilizado ese dinero para comprar un helicóptero apagafuegos? O para tener un plan. O para dotar a la gente de equipos para enfrentar una situación como esta.

Ahora que pasó el incendio, ¿qué podemos esperar de esas 5,200 hectáreas en cenizas?
Lo primero es evitar que personas con el propósito de apropiarse de tierras se apropien del territorio afectado por el incendio. Y segundo, trabajar con las comunidades y organizaciones que han hecho investigación sobre el impacto de incendios como este para desarrollar un plan de restauración que esté acorde a la realidad de ese lugar. Hay una oportunidad aquí para unir esfuerzos entre el sector privado, las comunidades y el Gobierno para hacer algo positivo. O sea, que de esta tragedia salga algo positivo. Aquí se tienen que hacer efectivas las leyes ambientales en Indio Maíz y articular esfuerzos para detener las invasiones ilegales y las actividades que están día a día destruyendo la reserva poco a poco. O sea, mientras el fuego estaba ardiendo en la parte sur de la reserva, en la frontera noroeste probablemente hay docenas de motosierras que están despalando. Y nadie detiene eso. Si queremos salvar Indio Maíz, primero había que apagar el incendio. Salvar al paciente. Y después necesita una atención especializada.


Plano personal

Camilo De Castro Belli, de 39 años, es cineasta, documentalista, periodista y ambientalista.
Su pasatiempo cuando no está trabajando es ver películas documentales. Recomienda el largometraje Virunga (2014), disponible en Netflix.
Es fan de la cocina. “Me relaja mucho cocinar”, revela, y asegura que le salen bien “un montón de platos”. Lo que prefiere preparar es pulpo y comida tailandesa.
Es hijo de Gioconda Belli, la exitosa novelista nicaragüense. Una obra de su madre que le ha gustado mucho es El Infinito en la Palma de la Mano (2008). Otros autores que disfruta es William Faulkner y Gabriel García Márquez.
En 2014 dirigió y produjo El Canto de Bosawas, un documental nicaragüense que expone los problemas de esta otra reserva de la biosfera que tiene Nicaragua y la vida de los lugareños.


 

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