“Cada expresión del arte tiene sus particularidades y sus propios delirios y enfrentamiento”, escribió en el catálogo de la exposición Berta Marenco Yo persigo una forma…, el escritor Carlos Alemán Ocampo al comentar las obras de Marenco.
“Berta —añade Alemán Ocampo— se dirige a sus lienzos con decisión y fuerza, sin temor a los colores y al manejo de la luz. Ilumina sus cuadros a base de la matización del color. Creatividad es su credo que a veces hace tanta falta”.
Inauguración de la exposición de pinturas, martes 17 de abril a las 7:00 p.m. Teatro Nacional Rubén Darío. Entrada gratis. Permanecerá en exhibición dos semanas.
Esta es la segunda muestra personal de la pintora paisajista Berta Marenco que ha llamado Yo persigo una forma…, título tomado del magistral soneto de Rubén Darío.
Empujada por ese deseo de libertad desde la poesía que Darío alude en sus versos, Marenco ahora se atreve a decir desde su paleta de colores y expresiones: “Yo busco la libertad creadora”.
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La artista se muestra feliz de exponer esta nueva muestra de sus obras, de variados formatos, colores y temas. La naturaleza y belleza del paisaje en libertad de expresión destaca en su imaginario pictórico.
La primera exposición de Marenco que llamó Ecos de la memoria, que alude al amor, dolor y esperanza la realizó en 2016 en Galería de Arte Contemporáneo Códice.
Para Julián Adolfo González Vega, docente de Historia del Arte y la Literatura, la obra de Marenco “refleja no solo su concepción del mundo sino sus puntos de vista, conseguidos a través de un entramado de ideas que vuelven muy significativa la expresión de sus sentimientos”.
“Además —agrega el docente— resulta asombroso que una artista emergente, con formación discontinua y hasta cierto punto informal, trascienda los tradicionales parámetros técnicos y conceptuales para sumergirse en el insondable mundo de lo abstracto”.
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Es por eso, que detrás de lo que se nos antoja una posible figura, un panorama marino, terrestre o un ramillete florido, en realidad se encubre una recóndita abstracción que la pintora persigue con tenacidad y que ciertamente aún no desdeña los rescoldos de la forma.
González Vega también observa que Marenco en su paleta de colores “recurre a los verdes prepotentes, a los fríos azules, a los encendidos escarlatas, a los amarillos vibrantes, a los turquesas apacibles, a los ocres terrestres y a los blancos impolutos”.
Berta Marenco, obras y estudios
La obras de Berta Marenco también se han exhibido en muestras colectivas en los últimos tres años, en espacios como el Festival de Artes Visuales, en la Casa de los Tres Mundos, en Granada; así como en Managua, en la Sala Rodrigo Peñalba del Palacio Nacional de Cultura, y en exposiciones de Mujer y Arte, del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, entre otras.
En 1980 expuso en el Centro Cultural Costarricense Americano, en 1971 en la colectiva de dibujo y diseño de la Universidad Politécnica.
Marenco realizó estudios en España, sobre arte popular decorativo, cerámica y tapices; artes plásticas en la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), en San José, Costa Rica, y Diseño y Decoración de Interiores, en el Instituto Politécnico de Nicaragua.