Ahora es cuando comienza la historia para Cristofer González, el esforzado peleador capitalino que solo necesitaba de un gran escenario para desplegar su talento y capturar la atención de todos, mientras conquistaba el cinturón mundial mosca del CMB.
En una de las actuaciones más valientes y de mayor intensidad que el pugilismo pinolero recuerde en su etapa reciente, González superó al japonés Daigo Higa y subió a un estrado sobre el cual habían caminado solo otros doce pugilistas nicaragüenses en toda la historia.
Así que ya se sobrepuso a la inseguridad que propone el fracaso, pero falta verlo superando a la vanidad que sigue al triunfo. Ahí va a ser clave su entorno y los valores sobre los que se ha cimentado su personalidad. Él ha prometido que no habrá cambios y es posible.
Las transformaciones llegan cuando el boxeador se conforma con lo alcanzado, pierde el entusiasmo por el entrenamiento y piensa que con la experiencia acumulada podrá resolver los nuevos retos. Todos deseamos que ese no sea el caso de Cristofer, muchacho esforzado y valiente.
González tienen ante sí la oportunidad de escribir su historia. Tiene las herramientas para ser un campeón duradero, siempre y cuando disponga del pulimento técnico requerido y de las condiciones necesarias para desarrollar todo su potencial. Lo esencial es que lo desee.
Se le vio bien combinando sus manos, iniciando el ataque con su jab e impactando con su derecha. Tuvo ritmo y se movió con soltura y sentido sobre el entarimado. No tiene la elegancia artística de otros pugilista, pero dispone del fuego y la vitalidad para imponerse.
Aquí hemos tenido campeones formidables como Alexis Argüello y Román “Chocolatito” González, quienes aunque conscientes de que la perfección no existe, hicieron de su búsqueda una aventura fascinante y se convirtieron en fuentes inagotables de emociones para los fanáticos.
Ha habido también otros monarcas muy valientes y tremendos como Rosendo Álvarez, ruidosos como Ricardo Mayorga y sorprendentes como Adonis Rivas, pero a la vez hemos tenido campeones que son solo un registro casi inapreciable, anecdóticos.
¿Qué clase de campeón será Cristofer? Solo con el tiempo lo sabremos. Lo único cierto es que tiene el material para hacer historia. Todo dependerá de su deseo y del sacrificio que esté dispuesto a pasar. Va por buen camino. Vamos a ver hasta dónde llega.
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