14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Las ausencias en la Cumbre

Para los observadores internacionales, lo más llamativo de la VIII Cumbre de las Américas que se reunió en Lima, Perú, viernes y sábado de la semana pasada, fue la ausencia del presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump.

También fue muy comentada la ausencia del dictador comunista de Cuba, Raúl Castro, quien está en vísperas de entregar la presidencia de su país, pero no el poder. La ausencia de Trump en la Cumbre le quitó a Castro la oportunidad de lucirse enfrentándolo directamente y mandó a su Canciller a respaldar a la dictadura de Venezuela, que fue objeto de las críticas de casi todos los participantes.

Daniel Ortega tampoco asistió a la Cumbre, pero su ausencia ni siquiera fue mencionada por los medios internacionales de prensa, a pesar de que en este caso el ausente fue el país porque Ortega no envió a nadie en su representación. De manera que Nicaragua fue el único país de las Américas que no participó en esta Cumbre, en la que estuvieron presentes 17 presidentes, 10 primeros ministros, 3 vicepresidentes y 3 cancilleres, en representación de sus respectivos Estados y gobiernos.

Se dice que también Venezuela estuvo ausente en la Cumbre, porque al dictador Nicolás Maduro le fue cancelada la invitación y él no se atrevió a cumplir la amenaza que lanzó el 16 de febrero pasado, cuando aseguró que, “llueva, truene o relampaguee, por aire, tierra o mar llegaré a la Cumbre de las Américas con la verdad de la patria de Simón Bolívar…”

Pero lo cierto es que Venezuela sí estuvo en la Cumbre de Lima y “la verdad de la patria de Simón Bolívar” la llevó una delegación que fue acreditada como oficial, integrada por los diputados opositores Julio Borges y Delsa Solórzano, y el líder opositor en el exilio, Antonio Ledezma.

En lo que concierne a los nicaragüenses la pregunta es ¿por qué Ortega no fue a la Cumbre de las Américas, ni mandó a nadie para representar a Nicaragua y apoyar a la dictadura de Venezuela, como sí lo hizo el presidente populista boliviano Evo Morales?

La explicación radica en que Ortega está tratando de portarse bien ante los EE.UU., a fin de neutralizar la amenaza de más sanciones como la Nica Act o las previstas en la Ley Magnitsky, que ya fueron aplicadas a Roberto Rivas. Con ese fin Ortega está reforzando la legislación contra el lavado de dinero, restableciendo la cooperación total con la DEA para la lucha contra el narcotráfico y endureciendo las medidas para impedir el tránsito de emigrantes ilegales hacia los EE.UU.

Participando en la Cumbre de manera personal o por medio de un representante de su Gobierno, Ortega se hubiera tenido que alinear con la dictadura venezolana, y atacar a los EE.UU. en presencia del vicepresidente Mike Pence, echando a perder el plan para ganarse su benevolencia. Para Ortega la solidaridad con Nicolás Maduro pasó a segundo plano, pero compensó la falta invitando al hermano de Hugo Chávez y al ministro de Educación de Nicolás Maduro, para que vinieran a Nicaragua a recibir un homenaje de segunda categoría.

Editorial Cumbre Donald Trump EE.UU. archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí