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Perversidad sin límites

Las reformas del seguro social anunciadas este lunes por el Gobierno, son un zarpazo contra los afiliados al INSS, contra los pensionados, contra los empresarios y en general contra el interés nacional económico y social.

Pero además, esta reforma no solo crea un problema social y económico muy importante, también es una aberración moral, porque solo personas perversas pueden tramar y ejecutar actos gubernamentales para causar daño a la gente, sobre todo a las personas más indefensas.

Los expertos en seguridad social y derechos humanos explican en detalle, cómo estas reformas del sistema de seguridad social atentan contra los intereses de centenares de miles de pensionados, cuyas pensiones serán disminuidas y además gravadas con un impuesto de cinco por ciento. Y perjudican a los próximos jubilados, cuyas pensiones serán menores a las ya escuálidas que han estado vigentes hasta ahora.

Las reformas del seguro social afectan al casi millón de trabajadores afiliados al régimen obligatorio del INSS, que pagarán cotizaciones más altas; y perjudican también a los más o menos 150 mil afiliados en el régimen facultativo, cuyas cuotas igualmente serán incrementadas.

El empresariado no se escapa del zarpazo orteguista. Las cuotas patronales de todos los empresarios, desde los más grandes hasta los más pequeños, serán incrementadas a partir de la entrada en vigencia de las reformas. El incremento de las cuotas patronales repercutirá negativamente en los costos de operación, la competitividad, el clima de negocios y la posibilidad de sobrevivencia de muchas empresas medianas y pequeñas.
Inclusive el orden jurídico es agredido por las reformas del INSS, porque como explican juristas independientes violan la Constitución Política de la República.

A la brutalidad de las reformas del seguro social, se agrega la perversidad de obligar a empleados públicos, jóvenes y ancianos supuestamente partidarios del orteguismo, a salir a la calle para aparentar respaldo popular a las medidas gubernamentales. Es una perversidad mandar a esos ancianos a la plaza pública a repetir el discurso oficial de que las reformas no perjudican a los pensionados, porque no se aumenta la edad ni la cantidad de semanas de cotización para tener derecho a la jubilación. Como si la reducción del monto de las pensiones y el impuesto a las mismas no fuese ya un golpe terrible.

La perversión es una característica de todos los regímenes tiránicos, en todas sus versiones anteriores y actuales. El doctor en siquiatría y columnista del diario ecuatoriano El Comercio, doctor Iván Sandoval Carrión, asegura que todos los gobernantes son más o menos narcisistas, pero advierte que “lo peor para un pueblo no deriva del narcisismo de un gobernante sino de su perversión”. Y agrega que la perversión de los gobernantes también deriva de sus colaboradores perversos.

A eso hay que agregar que tan dañina como la perversión de los gobernantes es la sumisión de los gobernados. Sobre esto el mártir de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos (EE.UU.), Martin Luther King, advirtió que lo peor no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de la gente buena.

Editorial Daniel Ortega INSS Nicaragua archivo
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