Sergio Ramírez ha recibido este lunes el Premio de Literatura Miguel de Cervantes, de manos del rey de España, Felipe VI. La ceremonia de otorgamiento ha sido en la Universidad de Alcalá de Henares, la ciudad cuna del inmortal autor de Don Quijote de la Mancha.
El Premio Cervantes, que se otorga cada año, fue instituido en 1976. Desde entonces lo han recibido 21 escritores españoles y 21 latinoamericanos, incluyendo entre estos a Sergio Ramírez, de Nicaragua, quien además es el único de Centroamérica.
El Premio Cervantes está dotado con 125 mil euros (más o menos 153 mil dólares), lo cual sin duda es muy importante para el galardonado. Pero lo más significativo, lo invalorable de este premio, es el prestigio que confiere al premiado y la honra que este irradia para su país. El premio Cervantes, pues, lo recibe Sergio Ramírez, cuya columna de opinión quincenal se publica en LA PRENSA y además escribe un artículo especial para Magazine, la revista mensual de este Diario. Pero el mismo Ramírez dijo cuando supo que lo habían seleccionado para otorgarle el Premio Cervantes, que a su juicio este es un honor muy grande que por su medio recibe Nicaragua.
En esa misma ocasión, en el editorial del sábado 18 de noviembre de 2017 dijimos que el Cervantes a Sergio Ramírez lo consideramos “un premio para todo el país y para todos los nicaragüenses”. Y añadimos que independientemente de su actuación como dirigente político durante la revolución sandinista de los años ochenta, como miembro de la Junta de Gobierno y vicepresidente de Nicaragua, la cual para unos nicaragüenses produjo grandes logros pero dolorosos agravios para otros, el hecho es que el Premio Cervantes no se lo han dado por méritos políticos, reales o supuestos, sino nada más que por su obra literaria. La que honra y une a todos los nicaragüenses.
Mejor dicho, une a casi todos los nicaragüenses, pues la mezquindad política no les permite a los gobernantes Ortega Murillo reconocer la gloria literaria de quien fuera uno de sus mejores compañeros de lucha y gobierno, pero ahora es un recio luchador intelectual contra la dictadura.
Para los nicaragüenses en general es satisfactorio tener figuras que honran la cultura, la literatura y, por lo tanto, la nacionalidad nicaragüense. Figuras como Rubén Darío, el más emblemático de los poetas, escritores y periodistas de Nicaragua. Como Salomón de la Selva, Azarías H. Pallais, Pablo Antonio Cuadra, Carlos Martínez Rivas y tantos otros ya fallecidos y vivientes, a los que menciona el académico Jorge Eduardo Arellano en sus libros Diccionario de Autores Centroamericanos y Literatura Nicaragüense: Siglo XIX e inicios del XX. Y el más brillante de la actualidad es Sergio Ramírez.
El literato argentino Adolfo Bioy Casares (1914-1999), también premiado con el Cervantes como Sergio Ramírez, escribió que “la eternidad es una de las raras virtudes de la literatura”. A nuestro entender, esa virtuosa eternidad de la literatura se debe al genio de escritores como Sergio Ramírez Mercado, a quien saludamos de nuevo y ahora en ocasión de recibir en sus manos y en representación de Nicaragua, el Premio de Literatura Miguel de Cervantes.