Seis días lleva en el hospital el joven Bosco Rivas, de 23 años, al ser baleado en los enfrentamientos que sostuvieron la Policía Nacional y fuerza paramilitares del Gobierno, contra universitarios y ciudadanos en la ciudad de Masaya que protestaban contra las reformas al INSS.
Ana María Martínez, madre de Rivas, dijo a LA PRENSA que los médicos le han comunicado que él está estable pero que no pueden sacar la bala por estar en una zona delicada, la nariz, y que representa un riesgo ingresarlo al quirófano.
“Los médicos dicen que esa bala fue a larga distancia porque si le ha entrado de cerca no estuviera vivo. Los médicos dicen que pareciera un disparo de AK (-47)”, reveló Martínez a LA PRENSA vía telefónica.
Rivas recibió el impacto de bala el sábado pasado en el barrio San Miguel, en Masaya. Según su madre, el disparo provino del lado de la Policía y paramilitares. Inmediatamente fue llevado al hospital de la ciudad, posteriormente fue trasladado al Lenín Fonseca para hacerle una tomografía y regresó a Masaya. Desde la noche de este jueves se encuentra en un hospital privado.
Las protestas en Nicaragua estallaron el pasado miércoles 18 de abril, al reformarse el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) -ya derogado tras la presión social-. Ese día fueron agredidos ciudadanos que mantenían un plantón en el sector de Camino de Oriente y la Universidad Centroamericana (UCA), y se recrudeció en los días siguientes en la Universidad Nacional Agraria (UNA), Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).
Los enfrentamientos en el país han dejado más de 30 fallecidos.