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Yanquis y Boston

Edgard Rodríguez C.

Zona de Strikes: Yanquis parecen haber agarrado el paso

Yanquis emiten señales alentadoras en medio de una temporada que tiene un extenso camino por delante en el beisbol de las Grandes Ligas

Aunque resulta demasiado prematuro como para llegar a algún tipo de conclusión, cuando queda un enorme recorrido por delante, no hay duda que la estabilidad alcanzada por los Yanquis de Nueva York, debe tener ilusionados a sus seguidores.

Los Yanquis han concluido una gira por Anaheim y Houston y el balance que muestran tras ella es de 6-1. Han ganado 12 de sus últimos 13 partidos y hace muy poco los frenaron en una hilera de nueve victorias corridas, que disipó escepticismos.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. A la altura del 19 de abril, los Mulos tenían balance de 9-9 y la cabeza de Aaron Boone parecía tener precio. Era un equipo de contrastes. Si los tiradores hacían su trabajo, los bateadores se escondían y viceversa.

No obstante, la dificultad de fondo era su falta de bateo. Históricamente, los Yanquis han sido un equipo ofensivo. Ahí ha estado su fundamento. Las páginas más brillantes de su trayectoria han sido escritas a base de cuadrangulares, desde Babe Ruth, hasta nuestros días.

De modo que una vez que Aaron Judge se le unió a Didi Gregorius, el único que atacó con furia en abril, y Giancarlo Stanton emitió destellos de su ferocidad y Gary Sánchez tronó de forma más continua, las victorias comenzaron a hacerse visibles.

Además, el picheo ha mostrado nivel, espantando dudas a su alrededor. Hace poco enlazaron 28 innings sin carreras ante Houston, incluyendo dos lechadas en línea. Luis Severino se ha puesto al frente (5-1 y 2.11) con CC Sabathia y Masahiro Tanaka detrás.

Y ahora que Jordan Montgomery flaqueó, Domingo Germán levantó la mano para sustituirle. Incluso, Sonny Gray, que ha batallado para ser dominante, fue tropezó ante los Astros 2-1, en medio de una notable faena.

Y del bullpen ni hablar. Aún con el titubeo de Chad Green ayer, el trabajo de los relevistas ha sido formidable, liderado por Aroldis Chapman que ha vuelto por sus fueros con su velocidad, más Dellin Betances y David Robertson, quien ha regresado a su mejor nivel.

Hay un jugador que ha sido clave para estabilizar la defensa y extender la peligrosidad del line up y es el novato Gleyber Torres, quien parece un veterano en segunda. Cubre terreno en cantidad y su bate es una amenaza constante. Vamos a ver que clase de historia escribe.

El camino es muy largo, pero ver a los Yanquis restablecer la confianza tras un arranque incierto, debe ser esperanzador para sus seguidores, que ven el 2009 -último año en el que se coronaron- como demasiado lejos para seguir esperando. Ya veremos qué pasa.

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