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Para controlar su hipertensión y diabetes, Nicolás Palacios se toma varias pastillas a diario. Los medicamentos los mantiene en una bolsa. LAPRENSA/R.MONCADA

Nicolás Palacios, el primer agredido de las protestas de abril

Ese suceso de León fue uno de los detonantes para que las manifestaciones sociales se regaran como pólvora en el país

Cuando Nicolás Palacios salió de su casa, ubicada en el barrio Zaragoza, en la ciudad de León, sabía que corría un doble peligro si se manifestaba contra las reformas al Seguro Social: podía ser atacado por las fuerzas paramilitares que utiliza el gobierno de Daniel Ortega para reprimir las protestas ciudadanas en Nicaragua, o su salud se vería en problemas porque a sus 64 años padece de hipertensión y diabetes.

Pero pudo más la determinación de “pelear” por la pensión que recibe desde hace cuatro años, luego de sumar más de 1,500 cotizaciones por todos sus años de trabajo. Le parecía injusto que el Seguro Social le quitara cinco por ciento cada mes para cubrir gastos del programa de enfermedad y maternidad, y por eso con una bandera azul y blanco en las manos salió la mañana del miércoles 18 de abril hacia el edificio del Seguro Social de León. Horas después se convertía en la primera persona agredida por solo demostrar su rechazo de forma pacífica.

Las imágenes captadas por los celulares revelan como, una vez más, el Gobierno reprimió la protesta ciudadana al mandar a asediar, intimidar, robar y golpear en plena luz del día. Los videos muestran el momento en que Palacios es atacado por tres hombres, cayendo al piso tras ser víctima de una llave en el cuello por parte de un motorizado. “Yo traté (de no ser doblegado) pero no podía, en primer lugar por la edad y ellos eran jóvenes y tres”, declara Palacios, quien fue auxiliado de inmediato por el resto de personas que marchaban, evitando que fuera golpeado cuando estaba en el suelo.

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Ese suceso de León fue uno de los detonantes para que las manifestaciones sociales se regaran como pólvora en el país. Tan solo horas después, ya en la tarde de ese 18 de abril, un grupo de ciudadanos realizaba un plantón en el sector de Camino de Oriente, en Managua, y entrando la noche otro en la entrada principal de la Universidad Centroamericana (UCA). En ambos puntos hubo ataques de las fuerzas paramilitares con la complicidad descarada de la Policía Nacional, sin embargo al siguiente día se levantaron varias universidades.

Producto de la agresión que recibió Palacios de esas tres personas y que reconoció a uno de ellos con el nombre de Fabricio Muñoz, amaneció con dolores en el cuello y espalda, y casi con su casa apedreada como represalia por haber participado en la marcha. Jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) confiesan ante LA PRENSA que recibieron la orden de ir por la noche a la casa de cada manifestante —incluyendo la de Palacios— y arremeter a punta de piedras, pero se rehusaron a cumplir con la orden y al contrario se rebelaron.

Palacios sabe lo expuesto que está por alzar la voz, pero dice que no se arrepiente y que lo seguirá haciendo las veces que sea necesario. El día que marchó con la bandera azul y blanco “yo iba claro y varios de los otros compañeros, vecinos que fueron, iban claros que íbamos a sufrir, porque posteriormente que me agredieron a mí a dos cuadras, por el barrio La Recolección, agredieron a otros porque ahí prácticamente la marcha se había diluido”.

Convocatoria a través de las redes

El lunes 16 de abril el presidente ejecutivo del Seguro Social, Roberto López, dio a conocer en conferencia de prensa el paquete de reformas, que además de quitar el cinco por ciento a los pensionados, aumentaba la tasa de contribución de los trabajadores y empleadores, cambiaba la fórmula de cálculo de las nuevas pensiones y eliminaba el salario máximo de los cotizantes.
Al recibir esa noticia fue que Palacios se autoconvocó para la manifestación con otros amigos pensionados, que sería un plantón afuera del INSS de León, pero ante las amenazas de ser golpeados, se replegaron a una cuadra y después, al sumarse más personas, se convirtió en una marcha por las calles de la ciudad.

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“La primera persona que está dañando el país se llama Daniel Ortega y su señora (Rosario Murillo), definitivamente, aquí no hay que dudarlo porque creen que este país es su finca y no es cierto, este país es de todos los nicaragüenses”, sostiene Palacios ahora sentado en una mecedora, donde no piensa quedarse quieto si este Gobierno no desiste de su autoritarismo.

Con la azul y blanco

Nicolás Palacios tiene 64 años y dos hijos. Su primer trabajo fue como contador. Posteriormente, tras estudiar Administración de Empresas, se convirtió en gerente de una institución estatal y en la recta final de sus años como empleado fue asesor de un bufete.

La agresión que sufrió el miércoles 18 de abril fue en la esquina de la Facultad de Derecho de la UNAN-León.

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La bandera azul y blanco con la que salió de su casa y le fue robada por el grupo paramilitar se la regalaron en una concentración realizada días antes por la crisis ambiental en la reserva biológica Indio Maíz.

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