El posicionamiento de los estudiantes universitarios en las calles los ha convertido en la fuerza emergente más creíble para impulsar el cambio democrático, algo que la clase política no ha podido hacer en los 11 años de gobierno del presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, acusado de secuestrar el aparato estatal del país.
“Nuestras bases están en la calle. No con las banderas partidarias, pero sí como partido Ciudadanos por la Libertad estamos allí luchando por un cambio a la par de los estudiantes que reconocemos han emprendido una lucha contra este régimen”, aseguró Adán Bermúdez, vicepresidente de CxL.
Según el político liberal, la coyuntura actual no es de banderas partidarias y reconoce que “es complicado” para los políticos pretender utilizar una lucha que es estudiantil.
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“Vos no ves a los partidos políticos, pero sí, te repito, nuestras bases están allí y yo personalmente he andado en varias manifestaciones y tenemos presencia en los municipios porque esta lucha es de todos y es por el cambio”, aseguró Bermúdez.
Reconoce liderazgo de jóvenes
“Efectivamente, Nicaragua ha estado en una tensión entre la forma tradicional autoritaria de entender y hacer la política y una nueva forma democrática que se ha venido incubando por años y que, gracias al liderazgo de los estudiantes y jóvenes, salió con fuerza por un camino por el que va todo el pueblo de Nicaragua y que lógicamente provoca rechazo para aquellos que han sido blandengues o cómplices con la dictadura”, aseguró Violeta Granera, coordinadora del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD).
Granera explicó que desde el FAD siempre se ha buscado la coordinación amplia. “En esta crisis esperanzadora, que sabíamos que iba a llegar, nuestros liderazgos están articulados con todas las fuerzas en los territorios, apoyando y participando pero respetando el liderazgo de los jóvenes y la autoconvocatoria, que es una palabra hermosa de la inclusión bajo la bandera azul y blanco”.
Son la esperanza de Nicaragua
Para el sociólogo y analista político, Oscar René Vargas, los estudiantes, los campesinos de lucha contra el canal, y la población en general “desea un nuevo liderazgo no corrupto”.
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“Los jóvenes son la esperanza de la población por no estar contaminados por la corrupción de la vieja clase política tradicional”, afirmó Vargas.