14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La revolución azul y blanco

Ayer se realizó en Managua otra multitudinaria marcha pacífica de estudiantes y ciudadanos en general, en la que la bandera azul y blanco volvió a ser la única enarbolada.

Así ocurrió durante la primera gran marcha cívica realizada el lunes 23 de abril también en Managua, a la que llamaron las organizaciones empresariales y los estudiantes; lo mismo que con la magna peregrinación convocada por la Iglesia católica y realizada igualmente en Managua, el sábado 28 de abril.

En todas las manifestaciones, grandes y pequeñas, que se han realizado en el país desde que el régimen de Daniel Ortega comenzó a masacrar a los estudiantes, solo las banderas azul y blanco que representan a Nicaragua han sido enarboladas. Son los colores distintivos de la histórica revolución cívica de un pueblo que reclama justicia, libertad, democracia, respeto a los derechos humanos, objetivos auténticamente nacionales.

Es justo recordar y reconocer que el rescate del azul y blanco de la Bandera Nacional comenzó en enero de este año, cuando en las alcaldías que ganó el partido opositor Ciudadanos por la Libertad (CxL) en las pasadas elecciones municipales, y que estaban dominadas por el Frente Sandinista, las nuevas autoridades democráticas quitaron la bandera roja y negra partidista y en su lugar pusieron la enseña azul y blanco.

“Muy bien hecho”, dijimos en el editorial de LA PRENSA titulado “¡Fuera la bandera partidista!”, del martes 23 de enero. Y señalamos que era “un gesto digno, patriótico y democrático (porque) las banderas de los partidos son solo de sus seguidores y en los edificios públicos la Bandera Nacional de Nicaragua es la única que debe mostrarse y ondear”.

Con el triunfo de la revolución sandinista, en 1979, la bandera roja y negra que escogió Augusto C. Sandino como estandarte de su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, fue impuesta como representativa de todos los nicaragüenses por el partido político armado FSLN, que se apropió de la enseña de Sandino.

Los sandinistas no se atrevieron a abolir la Bandera Nacional, como sí lo hiciera el partido bolchevique en Rusia, cuando triunfó la revolución comunista de 1917, y lo hizo después el partido nazi en Alemania, en 1934, después del ascenso al poder de Adolfo Hitler. Sin embargo, a pesar de que no suprimieron la Bandera Azul y Blanco de Nicaragua, los sandinistas la humillaron subordinándola a su bandera roja y negra partidista.

En 1990, la Unión Nacional Opositora (UNO) y la presidenta Violeta Barrios de Chamorro reivindicaron la Bandera Azul y Blanco como la única nacional y de todos los nicaragüenses. Sin embargo, cuando para desgracia de Nicaragua Daniel Ortega y el FSLN recuperaron el poder, en 2007, volvieron a degradar la Bandera Nacional supeditándola a su emblema partidista rojo y negro.

Pero los nicaragüenses han vuelto por su honor y por sus derechos, y, encabezados por los heroicos estudiantes, han recuperado la Bandera de Nicaragua y pintado de azul y blanco todo el territorio nacional.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí