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Antimotines toman el control del Puente de Sébaco. LAPRENSA/Cortesía

Represión orteguista en Sébaco deja nueve heridos

Turbas orteguistas atacaron a feligreses después de la procesión con Jesús Sacramentado

“Esto es brutal, es como un ambiente de guerra”, describió un líder social en Sébaco la situación suscitada desde la madrugada de este 14 de mayo en esta ciudad del departamento de Matagalpa, donde pobladores que mantenían un tranque en la Panamericana fueron atacados por turbas orteguistas y antimotines.

Pobladores autoconvocados de Sébaco marcharon el domingo por esa ciudad, reclamando justicia y el cese a la represión en el país, pero después se apostaron en el puente donde realizaron tranques escalonados con las mismas exigencias.

Turbas iniciaron ataque en la madrugada de este lunes

Sin embargo, a partir de las 2:00 a.m. de este lunes fueron atacados a balazos, morterazos y pedradas por las turbas orteguistas. En el enfrentamiento, el joven Francisco Ponce Flores, de 22 años, fue herido de bala en la cabeza.

Inicialmente, algunos de sus familiares lo reportaron fallecido en el enfrentamiento. Pero Ramona Flores, madre de Ponce, explicó después que un médico local fue quien con su vehículo trasladó al muchacho.

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Las turbas orteguistas también dispararon balas y morteros contra el vehículo “y casi matan al doctor. Pero él lo llevó al hospital de La Trinidad y lo salvó”.

El calvario de un joven herido de bala

“Unos vecinos vinieron a mi casa a acompañarme, no me decían nada porque estoy bien enferma, pero todo lo tiraron por ese Facebook bien rápido y decían que era muerto”, relató la madre de Ponce.

Otro familiar contó que en la mañana de ayer llamaron para decir que el muchacho había fallecido. Poco después “dijeron que lo habían estabilizado, que lo llevaban a León”.

Según el pariente de Ponce, en el hospital de León la Policía presuntamente “pidió que lo aislaran y no lo tocaran”, pero el muchacho con la bala todavía alojada en la cabeza fue llevado al Hospital Vivian Pellas, en Managua… logró hablar por teléfono con la mamá y le dijo: ‘no me voy a morir’”.

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La madre de Ponce contó que su hijo y otros jóvenes “estuvieron apoyando a los muchachos que vinieron a la marcha, usted sabe que la juventud no quiere más derramamiento de sangre para Nicaragua”.

Pero los enfrentamientos siguieron en la misma madrugada y se reportaron al menos cuatro heridos por las turbas orteguistas. Los manifestantes lograron mantener el tranque en el puente.

Tropas antimotines atacan a manifestantes

Más tarde, a las 11:45 a.m., antimotines que llegaron en al menos siete camionetas y un bus comenzaron a disolver el tranque. A la represión se sumaron las turbas orteguistas, obligando a varios de los manifestantes a buscar refugio en la Parroquia Inmaculada Concepción, en Sébaco.

La Policía reportó en una nota de prensa que procedió a “restablecer la libre circulación de personas y vehículos” en el puente, “siendo agredidos con armas de fuego por grupos de sujetos que impedían el paso en el lugar”. En la acción, el suboficial Félix Rafael Olivares (27), el policía Maynor Josué Álvarez Carillo (22) y el policía Yáder Antonio Obando Marenco (30) habrían sido heridos de bala.

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Los tres fueron llevados al centro de salud local, donde la población denunció que se negaron a atender a los heridos de los manifestantes y estos últimos fueron atendidos en la iglesia, que después fue rodeada por policías y turbas oficialistas que a balazos, morterazos y pedradas impedían que se acercaran quienes pretendían ir al templo.

Obispo Álvarez con procesión en zona de conflicto

Poco a poco, la iglesia reportaba más heridos. Uno de ellos fue identificado como Kevin Álvarez. Más tarde, cerca de las 5:00 p.m. llegó el obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos.

Después de rezar el rosario en la parroquia, ubicada en el barrio San Jerónimo, el obispo encabezó una procesión con Jesús Sacramentado.

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Mientras tanto, en Matagalpa, universitarios respaldados por distintos sectores se mantuvieron atrincherados en las barricadas que levantaron —desde la medianoche del viernes— en diferentes calles y que les permite controlar parcialmente al menos siete barrios al suroeste de la ciudad.

No respetaron procesión de Jesús Sacramentado

Las fuerzas de choque que han pasado azotando el municipio de Sébaco, desde la noche del sábado, no respetaron la procesión del Santísimo encabezada por el obispo Álvarez, que salió de la Iglesia Inmaculada Concepción de María, para apaciguar los enfrentamientos que se estaban dando en ese sector.

Cuatro jóvenes, entre ellos el adolescente Eyder Antonio Tórrez, resultaron heridos por impactos de bala calibre 12 de escopeta, de rifle calibre 22 y balas de goma. Los otros heridos son Alejandro Martínez, Juan Ramón González, Juan Gaitán y Víctor Manuel Pérez.

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Monseñor Álvarez llegó al lugar de los enfrentamientos alrededor de las 5:00 p.m., en medio de explosiones, tiros y civiles lanzando piedras.

Los pobladores responsabilizan al alcalde sandinista de Sébaco, Luis Martínez, de la represión, porque aseguran que pagó 500 córdobas a delincuentes para que llegaran a atacar a quienes se encontraban en el tranque.

Un poblador advirtió que por los ataques de las fuerzas antimotines, cometidos violentamente casi siempre por las noches, este lunes también habrían “más muertos por la culpa del Gobierno”.

“Nosotros estábamos pacíficamente y ellos comenzaron a tirar a matar. Y hoy, te digo orgullosamente que no me importa morir, pero voy a morir defendiendo la azul y blanco. No por algún partido político. Sino por amor a la patria”, dijo un poblador.

Procesión del Santísimo

Monseñor Rolando Álvarez llegó directamente a la Parroquia Inmaculada, en Sébaco, donde todos rezaron de rodillas el Rosario de la Coronilla a la Divina Misericordia y luego salieron en procesión hasta la alcaldía. Pasaron por las barricadas que los jóvenes se apresuraban a quitar al paso del obispo, seguido por un mar de gente que se fue uniendo en al menos dos kilómetros de recorrido, de la Iglesia Inmaculada, pasando por la alcaldía, hasta llegar al Colegio San Luis.

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Cuando monseñor Álvarez regresaba a la Iglesia Inmaculada, fue informado que los pobladores habían sido atacados cuando la procesión pasó por el barrio San Jerónimo, donde está ubicada la iglesia. Monseñor se fue de Sébaco a las 7:00 p.m., mientras los heridos se quedaron en la iglesia y afuera siguieron las detonaciones de bombas y morteros de parte de las turbas y la Policía.

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