Hoy, en el segundo día del diálogo nacional, el movimiento universitario y la sociedad civil reiterarán al Gobierno que la agenda central es el cese de la represión a las protestas y la restauración de la democracia.
Ningún otro tema será aceptado a discutir a lo inmediato para salir de la crisis política y social, que hoy 18 de mayo cumple un mes, aseguraron los representantes de los sectores que conforman la nueva Alianza Unidad Cívica por la Justicia y la Democracia.
“Consideramos como objetivo del diálogo nacional la justicia y el análisis de la situación de la democracia en Nicaragua”, expresaron los estudiantes, los sectores de la sociedad civil, académico y laboral en la carta, donde definen su agenda, enviada al cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
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La CEN actúa como mediadora y testigo del diálogo de los universitarios, la sociedad civil y los campesinos con el gobierno del presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega.
El movimiento universitario y la sociedad civil precisaron que la manera de lograr la justicia y la restauración de la democracia es que Ortega acepte “el cese inmediato de la represión en todas sus formas, la investigación de todas las violaciones de derechos humanos por la CIDH y el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, que debe ser para determinar la responsabilidad de los crímenes para su enjuiciamiento”.
Y “la recuperación de la institucionalidad democrática para que se dé la auténtica democracia en nuestro país, de acuerdo a la Carta Interamericana (de los países miembros de la Organización de Estados Americanos) cuyos requisitos son el Estado de derecho, la independencia de poderes del Estado, elecciones transparentes a través de la reorganización del Poder Electoral”, expresaron en la carta.
Sin embargo, el gobernante no muestra voluntad política para superar la crisis social, ya que los grupos paramilitares de la Juventud Sandinista y los antimotines de la Policía Nacional siguen con la represión y asesinando a manifestantes.
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Prueba de la postura intransigente de Ortega es el hecho de que el mismo día de instalación del diálogo, el miércoles pasado, los paramilitares orteguistas atacaron en la noche la Catedral de Jinotega, donde se le dio refugio a los estudiantes que protestan contra el régimen. Y este jueves los ataques siguieron en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), donde un joven de 16 años murió; y en Masaya, el asedio y saqueo de comercios continuó por parte de las turbas lanzadas por el régimen de Ortega.
No hablarán del INSS
Carlos Tünnermann, representante de la sociedad civil, afirmó que no aceptarán que Ortega pretenda imponer en el diálogo el tema del Seguro Social, “porque si bien es importante, pasó a ser un tema sectorial”, que se abordará posterior al de la democracia.
Tünnermann dijo que insistirán en la mesa del diálogo para que Ortega ordene el desarme de las fuerzas de choque y turbas allegadas al Gobierno, la liberación de los presos políticos, la aparición con vida de las personas desaparecidas, el respeto a la libertad de prensa, manifestación y protestas civiles, seguridad para todos los actores del diálogo nacional, principalmente los estudiantes.
María Nelly Rivas, presidenta de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham) y parte del diálogo, refirió que “llamamos a un proceso independiente y creíble que dé respuestas a las demandas de justicia de las muertes y personas que fueron encarceladas” en la represión a las manifestaciones.
¿Cómo avanzar?
Los representantes de la Alianza Unidad Cívica por la Justicia y la Democracia no esperan que Ortega y su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, asistan nuevamente al diálogo, sino que sus interlocutores sean los miembros del gabinete económico. Esos funcionarios del Ejecutivo fueron los que acompañaron a la pareja presidencial en la instalación del diálogo, pero para los sectores no serían los más adecuados para discutir el tema democrático.
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El asesor del grupo de la sociedad civil, Ernesto Medina, dijo que “queremos ver si el Gobierno está dispuesto o no a hablar de democracia” y si la respuesta es negativa, entonces se replantearán las acciones para presionar.
Juan Sebastián Chamorro, también participante en el diálogo, dijo que un punto de partida puede ser el acuerdo entre el Gobierno y la Organización de Estados Americanos (OEA) para impulsar reformas electorales, para dar los pasos a la restauración de la democracia. “Creemos que lo que ha faltado es definir la ruta (para lograr esas reformas) y eso pasa porque haya voluntad política”, confió Chamorro.