Cientos de personas se desbordaron para denunciar y presentar pruebas, a la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ayer en Masaya, León y Managua, del terror al que fueron sometidos por la Policía y las fuerzas de choque del gobierno de Daniel Ortega durante las protestas ciudadanas desde el 18 de abril hasta la fecha.
Ese desborde de gente fue la expresión de confianza en la investigación de la CIDH para que haya justicia para los familiares de al menos 57 muertos confirmados, heridos y desaparecidos por la represión de los paramilitares y de los antimotines de la Policía Nacional.
Lea también: Denuncian ataque en la UNA y Telémaco Talavera señala a la Policía
La delegación de la CIDH que visitó León este sábado anunció que mañana lunes 21 de mayo presentará conclusiones preliminares y primeras recomendaciones de la visita que hicieron en el terreno en cuatro días para constatar el estado de los derechos humanos en los últimos sucesos ocurridos en Nicaragua.
Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la CIDH —quien ayer estuvo en León— dijo que toda la información la procesarán para emitir un informe final en dos o tres meses.
Francisco Eguiguren, comisionado de la CIDH, explicó que la comisión no determinará responsabilidades individuales sino las responsabilidades del Estado y sus funcionarios, o grupos privados irregulares que actúan bajo la protección de las autoridades, ya sea por acción u omisión.
Relatos de horror
En León se calcula que llegaron unas 45 personas a interponer denuncias ante la CIDH. Muchas expresaron sentirse temerosas por el estado de violencia que impone la Policía y los paramilitares en la ciudad.
Entre los casos denunciados a la CIDH está el de Cristian Emilio Cadena, de 23 años, quien fue encontrado calcinado, con señales de tortura, dentro de unos billares cerca del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN) que fue quemado hace un mes.
“Nadie me quiere dar razón de por qué lo hicieron. Ni cómo sucedió. Pero a todos nos sorprendió la saña con la que lo torturaron. Todavía nadie nos ha aclarado su muerte”, dijo un familiar que hizo la denuncia ante la CIDH.
Lea también: Manifestaciones en toda Nicaragua exigen justicia y democracia
Los familiares aclararon que la víctima no formaba parte de ninguno de los grupos en conflicto, y por lo tanto les resulta más extraño la forma en que fue asesinado.
La CIDH recibió denuncias de medios como Radio Darío, que fue quemada en los días de las protestas.
“Quiero solidarizarme con los periodistas y medios de comunicación que han recibido ataques para hacer su trabajo de informar a la población sobre un tema que tiene mucho interés para la población de Nicaragua”, expresó el relator Lanza.
Unas 150 denuncias en Masaya
En Masaya, antes de las 8:00 de la mañana de este sábado, los pobladores se reunieron para dar la bienvenida al equipo de CIDH.
Los miembros de la comisión se bajaron de sus vehículos y caminaron hasta el Colegio Salesiano —donde recepcionaron las denuncias— en caravana con la población, quienes derribaron algunas partes de las barricadas que colocaron durante los enfrentamientos con los antimotines, para que el equipo de la CIDH lograra entrar. Fueron recibidos con gritos de “Justicia, justicia” y “No eran delincuentes, eran estudiantes”, entre banderas azul y blanco.
Durante casi cinco horas la delegación recibió las denuncias de familiares de los muertos y heridos, víctimas de la represión y la violencia por parte de los antimotines y las turbas orteguistas, en los enfrentamientos ocurridos en la ciudad durante abril y mayo.
“Hemos venido aquí por invitación de las autoridades, pero a petición de ustedes la sociedad civil. Nuestro objetivo es el mismo de ustedes, que aquellas personas que han sido dañadas en su persona y su propiedad sean debidamente reparadas. Sé que para alcanzar ese objetivo contamos con ustedes. Gracias sobre todo a ustedes, que de una manera espontánea, pacífica, han venido a conversar con nosotros. No caigamos en provocaciones, mantengamos la calma, la fe. Juntos saldremos adelante. La Comisión está con ustedes, no están solos”, dijo Joel Hernández García, uno de los relatores de la CIDH.
César Augusto Gutiérrez, encargado de la iglesia San Sebastián en Monimbó y quien estuvo reunido con la CIDH y las víctimas, aseguró que la misión escuchó unos 150 testimonios.
“Ellos tenían pensado quedarse hasta las 11:00 de la mañana y son las 2:30 de la tarde (ayer) y se acaban de ir sin almorzar. Ellos entregaron su tiempo, casi llora uno de los comisionados porque se impresionó de escuchar el dolor de la gente. Fue muy fuerte. Y oír que en el hospital no los quieren atender o que la Policía les decía que tenían que firmar actas de defunción que decían que murieron por una pedrada. Eso no tiene nombre”, aseguró Gutiérrez.
Los ciudadanos llevaron como evidencia casquetes de bombas de gases lacrimógenos, bombas aturdidoras, balas de goma e incluso proyectiles de fusil de largo alcance con los que los paramilitares les atacaron.
Filas para denunciar
Decenas de nicaragüenses en Managua también aguardaron por horas para presentar su denuncia ante la delegación de la CIDH que visita el país. Familiares de los asesinados, heridos y desaparecidos e incluso muchos de los afectados por la represión hicieron fila en el Hotel Intercontinental Metrocentro en Managua para presentar sus denuncias ante los relatores.
El equipo de la CIDH en Managua además se reunió con dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), la Coalición Universitaria y los representantes del sector privado que participan en el diálogo nacional.
Además se recibió un informe de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) en el que reportó 76 muertos, 657 heridos, 21 de ellos con lesiones permanentes y 85 desaparecidos.
“Esta información la estamos proporcionando a la CIDH a fin de ilustrarles la grave crisis de violación de los derechos humanos que existe en el país”, dijo el secretario ejecutivo de la ANPDH, Álvaro Leiva.
Patrones de represión
El secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, encabezó el grupo que visitó ayer por la mañana la Upoli, donde conversó con los responsables de la protesta y jóvenes heridos que aún permanecen en el centro médico improvisado, y recorrió todo el campus. A su paso se detenía a pedir detalles a los estudiantes de los ataques que han sufrido durante el último mes.
La delegación se reunió también con los dirigentes de la Coalición Universitaria, con los obispos de la CEN y con representantes del sector privado en el Diálogo Nacional.
Juan Sebastián Chamorro, de la delegación de la sociedad civil en el Diálogo Nacional, dijo que la CIDH está sorprendida por la gran cantidad de denuncias que está recibiendo y explicaron que lo importante es que entre más casos reciban podrán identificar patrones de las acciones cometidas en la represión de un mes.