A las puertas de una nueva sesión este miércoles del diálogo entre el Gobierno y la sociedad, el obispo de Granada, Jorge Solórzano, explica el cambio en Nicaragua diciendo que el pueblo parecía “anestesiado pero despertó”, tras soportar injusticia tras injusticia.
Nicaragua está marcada por el luto imperante en el país tras la muerte de 76 personas producto de la represión a las protestas de abril, ordenada por el ejecutivo de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En una entrevista cedida por WhatsApp, el jerarca religioso, uno de los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), lamenta la muerte de los jóvenes y explica el deseo de democracia y Estado de Derecho al que aspira la población.
La Iglesia actúa como mediadora y testigo del diálogo. Solórzano brinda estas declaraciones horas antes que en un comunicado la CEN denunció amenazas de muerte contra los obispos y sacerdotes.
Monseñor, ¿qué cambió en la visión de la ciudadanía sobre Nicaragua después de las protestas de abril?
El pueblo de Nicaragua está viviendo una explosión social, expresión de su conciencia ciudadana. Por mucho tiempo resistió la presión de irregularidades. Quiere democracia y un Estado de derecho.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó que 76 personas murieron, 868 resultaron heridas y 438 fueron detenidas desde el 18 de abril en Nicaragua, ¿cuál es su opinión sobre esto?
Este acto es condenable, debe hacerse justicia. Nicaragua está de luto. Esperamos que el Gobierno acoja las recomendaciones de la CIDH y se pueda ver con veracidad el proceso de justicia que exige el pueblo nicaragüense.
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Los funcionarios de Gobierno quisieron centrar el diálogo en el daño económico al país que producen los tranques, ¿es el problema actual un tema de economía?
El principal valor siempre es y serán las personas. La economía es para el bienestar de las personas, no estas para la economía. Por otra parte, no está bien que el Gobierno esté fijando la atención en los efectos del problema, hay que ir a las causas. Se quieren cambios radicales y exigir ir a tema de fondo: Estado democrático, Estado de derecho. Hemos dicho que queremos un diálogo fundado en la verdad, la justicia, la libertad y el amor.
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¿Qué le dice la población en las parroquias sobre el tema de la democracia? ¿Por qué es importante?
Nuestros fieles católicos quieren un cambio. Que el presidente renuncie, quieren nuevas elecciones libres, independencia y separación de poderes del Estado. Quiere una Nicaragua libre, no sentirse perseguidos ni amenazados, quieren libertad de expresión, quieren ganarse el pan de cada día en libertad, sin represión.
El pueblo de Nicaragua ha sufrido guerras, sabe el dolor que estas causan, por eso fue soportando una y otra injusticia, pero llego al límite, el asesinato de tantos jóvenes es imperdonable, por eso el pueblo ahora se manifiesta y dice basta. Parecía un pueblo anestesiado pero despertó. Hay conciencia política, hoy se dice lo que se reprimió por tantos años, hoy reclama los derechos que se le negaron por tanto tiempo.
Cara a cara nuevamente
P ara este miércoles está previsto un nuevo encuentro en el Diálogo Nacional, que inició hace una semana cuando jóvenes universitarios encararon al presidente designado Daniel Ortega y Rosario Murillo con grito de “asesinos”, mientras les exigieron su renuncia y justicia.
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El Gobierno ha manifestado su preocupación por la crisis que le ha dejado pérdidas al país por un monto de 258.9 millones de dólares desde el principio de las protestas en abril pasado y ha demandado el cese de los tranques para permitir la libre circulación.
La inconformidad ciudadana surgió a partir de la reforma a la seguridad social, ordenada de manera inconsulta por Ortega, quien la anuló después. Pero el requerimiento general, en las calles, es la salida del Gobierno, que se ha negado a discutir este tema, argumentando que se debe respetar el orden institucional.