Que una manifestación azul y blanco llegue a la Asamblea Nacional es un hito que en un poco más de un mes de protestas no se ha logrado, a esto se debe sumar que la Avenida Bolívar se mantiene bajo férreo resguardo policial, dando paso solo a los simpatizantes del Gobierno.
El primer intento de llegar a la Asamblea para demandar respuestas por el incendio en la Reserva Biológica Indio Maíz fue boicoteado por una contramarcha encabezada por la Juventud Sandinista con el beneplácito de los diputados sandinistas.
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La segunda, también integrada por universitarios autoconvocados, quienes deseaban expresar a los diputados su rechazo por la creación de la comisión Porras, apenas llegó a las instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial, El Chipote.
Para la experta en temas de seguridad, Elvira Cuadra, la Avenida Bolívar se ha convertido en un objetivo estratégico, en el que destaca el monumento de Hugo Chávez y el edificio de la Asamblea Nacional. Los dispositivos de seguridad están orientados a resguardar esa zona, indicó.
A medida que el Gobierno ha perdido el control de las calles con las protestas, el hecho que la ciudadanía pueda marchar sobre toda la Bolívar, de forma multitudinaria, como se logró en tres ocasiones, “es para ellos —el Gobierno— simbólicamente un golpe bien fuerte”, señaló la especialista.
Uno de los jóvenes que estuvieron en la manifestación de universitarios autoconvocados que deseaba llegar a la Asamblea Nacional, contó a LA PRENSA que “la Policía Nacional ha violado el derecho a la libre circulación para todo aquel que se atreva a protestar por pensar diferente al régimen autoritario de Daniel Ortega”.
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La protección del sector de la Avenida también incluyó al ente estatal Instituto Nicaragüense de Telecomunicación y Correos (Telcor), donde se realizaría el pasado 11 de mayo un plantón, pero grupos de antimotines, se apostaron, desde la mañana, en diversos puntos del edificio de la institución. Ninguna persona llegó al lugar.
“El dispositivo policial y de seguridad está orientado a eso, a impedir la pasada de la gente por el monumento de Hugo Chávez, a proteger de alguna manera, el edificio —de la Asamblea Nacional— y a impedir lo que simbólicamente significaría una marcha de la ciudadanía sobre esa Avenida”, indicó Cuadra.
Tarima permanente y cierre por la noche
Con las llamadas jornadas de oración, realizadas por el oficialismo, es imposible circular en la tarde por la rotonda Hugo Chávez y en una parte de la Avenida Bolívar por las noches.
Esto ocurre todos los días con apoyo de la Policía Nacional, misma que cuida las 24 horas la rotonda y estructuras metálicas que están en la zona.
La rotonda Hugo Chávez y Avenida Bolívar son de los pocos espacios en que tiene control el partido de gobierno, el resto ha sido conquistado por los autoconvocados.