Nicaragua es un país donde la bandera de los partidos políticos ha prevalecido más que la nicaragüense en la vía pública, pero desde la explosión social del 18 de abril el azul y blanco se ha propagado y ahora está en todos lados.
En las ventanas y los vidrios delanteros de los vehículos, postes, árboles y monumentos, están los dos colores de la bandera, reemplazando el rojinegro o rosado fucsia que predominaba desde 2007, cuando Daniel Ortega volvió al poder luego de perder tres elecciones presidenciales consecutivas.
Esta fiebre que ahora envuelve al país no se había visto ni en septiembre, el mes patrio, cuando se celebra la batalla de San Jacinto y la independencia de Centroamérica de la corona española.
En el caso de Managua, que es una de las ciudades donde más manifestaciones cívicas se realizan por estos días, la invasión del azul y blanco va más allá de las protestas, puesto que está en las avenidas principales, en los vehículos que circulan o monumentos en honor a los mártires, que antes estaban con el rojinegro.
Gobierno con discurso de la paz, pero reprime
En los once años que Ortega ha estado en el poder, la propaganda ha estado en las instituciones públicas con fotografías de él y Murillo y los colores rojinegro y rosado fucsia; pero desde que la ciudadanía salió a las calles de forma masiva para demandar justicia y democracia, algunos edificios estatales se han pintado con los colores patrios y se han escrito mensajes conciliadores en pancartas.
El Ministerio del Trabajo (Mitrab), Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), así como el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC), son entes que en la parte de afuera tienen frases de paz y banderas azul y blanco.
Pero este esfuerzo gubernamental por aparentar que se quiere la paz, en la población no es creído porque en paralelo las fuerzas paramilitares continúan creando caos y reprimiendo a las personas que exigen justicia y democracia en el país, principalmente las que mantienen tranques como mecanismo de presión.
Acciones de los autoconvocados
Las pintas que muestran el rechazo al gobierno de Ortega y el azul y blanco que se pone en los postes, árboles y monumentos, son acciones que realizan los autoconvocados de forma espontánea.
Camino de Oriente, rotonda Jean Paul Genie, rotonda Rubén Darío y Carretera Norte son los puntos donde más se ven las pintas y los colores de la bandera nacional.
Árboles de la vida y rótulos
A partir de 2003 en las vías más transitadas de Managua fueron colocadas estructuras metálicas llamadas árboles de la vida por el oficialismo, pero en las últimas semanas ha habido un derribamiento masivo de estas, como una muestra más del rechazo hacia el Gobierno.
Son 27 armazones los que han sido botados y solo el domingo 20 de mayo pasado cayeron siete. Según estimaciones de ingenieros, cada estructura tiene un costo de 25,000 dólares.
Por otro lado, los autoconvocados han quitado o quemado solo las pancartas donde aparecen Ortega y Murillo.
Ejemplo con Sandino
El monumento del general Augusto C. Sandino que está en la entrada principal del municipio de Niquinohomo semanas atrás fue pintado por los pobladores de azul y blanco, pero personas afines al Gobierno fueron intolerantes con esto y le pusieron rojinegro; inmediatamente volvieron a pintarlo con los colores de la bandera de Nicaragua.
En este municipio, cuna de Sandino, los pobladores han mostrado un rechazo sin precedentes hacia el FSLN y han destruido las pancartas del partido. El pasado 18 de mayo se conmemoró su nacimiento, pero Daniel Ortega y Rosario Murillo no llegaron a rendirle tributo en su tierra natal.