A los ginecólogos no les cabe duda, desde el punto de vista fisiológico y médico, que la mejor edad para que la mujer tenga hijos es entre los 20 y los 35 años, así como también son enfáticos en advertir que el embarazo en adolescentes tiene altísimos riesgos.
El mejor momento para tener un hijo supone una salud reproductiva que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad durante el proceso de reproducción”.
La OMS recomienda que toda mujer biológicamente madura, por muy saludable que se sienta, debe tener su primera cita médica antes de las 12 semanas de gestación o tan pronto como sospeche de su estado, y posteriormente, atenderse cada mes o tanto como el médico lo indique, según el caso.
Cuál es la importancia del cuidado prenatal?
La doctora María Elena Pérez Álvarez, ginecóloga y obstetra con una especialidad en Biología de la Reproducción Humana, explica que el objetivo principal de los cuidados prenatales es llevar un embarazo con el menor riesgo posible y detectar a tiempo patologías que puedan interferir con el desarrollo y crecimiento normal del bebé, así como lograr una adecuada preparación de la madre para el parto y período de lactancia.
La especialista del Hospital Vivian Pellas (HVP) señala que los cuidados prenatales permiten, además, detectar patologías maternas subclínicas, es decir, que aún no manifiestan síntomas.
“El contenido educativo de las visitas al médico durante el embarazo, le permite a la paciente conocer los cambios que van a producirse en su cuerpo y resolver dudas que le ayuden a disminuir las molestias propias de la gestación, incluyendo la ansiedad. Es muy importante que la pareja asista a los cuidados prenatales para el apoyo emocional de la paciente y para su misma preparación cuando nazca el bebé”, comenta la doctora Pérez.
¿En qué consiste el cuidado prenatal?
Durante la visita al ginecólogo, dice la doctora Pérez, debe determinarse la edad gestacional, así como clasificar si es un embarazo de alto o bajo riesgo. Se evalúan los signos y síntomas indicativos de un embarazo, como las náuseas, vómito, sueño, dolor mamario o pélvico. Es indispensable una prueba de embarazo idealmente en sangre para confirmar la gestación.
En los cuidados prenatales se incluye un examen físico completo, vigilando los signos vitales, el peso y la talla, examen de mamas y área pélvica. En un embarazo normal, la paciente puede aumentar de 1.5 a 2 kilogramos por mes.
“En el primer control prenatal se debe indicar un examen odontológico, ya que en la cavidad oral hay bacterias que pueden diseminarse fácilmente a través de la sangre y podrían causar amenaza de aborto o de parto pretérmino. También debe aplicarse la vacuna antitetánica como refuerzo en cada embarazo”, explica.
En la primera visita médica también se realizan exámenes de laboratorio para valorar anemia, niveles de glicemia, función renal, descartar enfermedades de transmisión sexual que pudiesen afectar al bebé, infección urinaria y vaginal, exudado y cultivo vaginal, Papanicolaou y ultrasonido y los mismos deben repetirse luego de las 20 semanas de embarazo. Los ultrasonidos subsecuentes generalmente son pélvicos.
“Hay tres ultrasonidos que los realiza esencialmente el especialista en Medicina Materno Fetal: entre las 11 y 13.6 semanas de gestación, entre las 18 y 22 semanas y a las 34 semanas, cada uno con sus indicaciones específicas. En el Hospital Vivian Pellas, reconocido por sus altos estándares de calidad, tanto en infraestructura, estudios diagnósticos, de laboratorio y personal de Salud, se realizan ultrasonidos de II y III nivel de última generación y exámenes de laboratorio que se realizan bajo estrictas normas de seguridad y exactitud diagnóstica”, dice la doctora Pérez.
“El ginecólogo prescribirá medicamentos en cada visita, como vitaminas prenatales, hierro y ácido fólico. Si se detecta alguna infección, se debe tratar con medicamentos que no afecten al bebé. Se debe aconsejar acerca de lo que sucederá en el parto, los cuidados durante el período de lactancia materna y los diferentes métodos de planificación familiar”, agrega.
¿Cuándo comenzar?
Lo ideal, indica la especialista del HVP, es el embarazo planificado que le permite a la mujer prepararse con una anticipación de tres meses antes de concebir, alimentándose de manera saludable, realizando ejercicio físico regularmente y tomando ácido fólico para disminuir el riesgo de presentar defectos del tubo neural.
“Si es un embarazo no planeado, se recomienda modificar el estilo de vida tan pronto como la paciente se da cuenta que está embarazada. Es muy importante que los cuidados prenatales se inicien de manera precoz, es decir, acudir al médico tan pronto la paciente sospeche que está embarazada, o al menos en las primeras 12 semanas de embarazo. Esta medida asegura una oportuna evaluación de la edad gestacional que tiene la paciente. Si la paciente tiene ciclos menstruales regulares, cuando presente amenorrea (suspensión de la menstruación) debe acudir al médico. Si la paciente presenta ciclos menstruales irregulares, siempre hay que descartar el embarazo, por lo que también debe acudir a su ginecólogo para estudiar y tratar el sangrado uterino anormal”, recomienda la doctora Pérez.
Cabe recalcar, señala la especialista, que los cuidados prenatales deben realizarse de manera integral, involucrando a todas las especialidades médicas necesarias para asegurar una adecuada evolución y finalización del embarazo. Además, debe ser extenso. El ciento por ciento de las pacientes embarazadas deben ser valoradas por un especialista en la materia para tratar de disminuir las tasas de mortalidad materna. La periodicidad de las visitas al médico se indica de manera individual, dependiendo de los factores de riesgo que presente la paciente.
¿Cómo debe cuidarse en casa la mujer embarazada?
La doctora Pérez aconseja que la paciente realice ejercicio físico siempre y cuando no sea extenuante, por ejemplo, yoga, natación o gimnasia para ayudar en la preparación mental y física durante el parto.
“Debe vigilar su alimentación, que sea baja en grasas, haciendo un balance entre proteínas y carbohidratos. Muy importante es que respete los horarios de comida, con tres comidas importantes (desayuno, almuerzo, cena) y dos meriendas (entre desayuno y almuerzo, entre almuerzo y cena). Se sugiere leer libros acerca de la maternidad mientras está en casa, ya que entre más conocimiento tenga, mejor sobrelleva el embarazo. A pesar de que yo soy ginecóloga, no pude entender al ciento por ciento todo lo que conlleva un embarazo y la maternidad hasta que tuve a mi primer bebé”, comenta.