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Quebranto de lo político

El modelo político, de diálogo y consenso, que determinó la relación entre el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la cúpula familiar gobernante se caracterizó por una reducción significativa de lo político. Debido a que estos dos grupos tomaban las decisiones fundamentales del país a pesar que sus decisiones afectaban a gran parte de la población. En otras palabras, la población permaneció fuera del debate de lo político. ¿Cuáles son los cambios en lo político que muestran su ampliación?

La crisis política se volvió tan profunda que imposibilitan la reelección de Ortega. Es casi imposible que pueda finalizar su periodo de gobierno. La legalidad y legitimidad de Ortega han quedado por los suelos.

Parece muy difícil que pueda reconstruir una narrativa que legitime su forma de ejercer el poder. Es tal el descrédito, que han necesitado echar mano, de la mentira y el cinismo sistematizado para darle contenido al ejercicio del poder.

La más grande perdedora de esta crisis es la vicepresidenta de la república. Creyó que su sucesión estaba asegurada por su control del partido y del país. Esa premisa fracasó porque la población, mayoritariamente, la responsabiliza de los asesinatos. Los cuadros históricos del FSLN se sienten excluidos y la culpan de la crisis como producto de su verticalidad, soberbia e incapacidad política.

El régimen perdió el control de las calles porque la población perdió el miedo y está dispuesta a enfrentarlo. Más aún, después los asesinatos e inicio del diálogo, ha continuado reprimiendo sin tener éxito en desmontar la rebelión. El régimen ha tenido que soportar la destrucción de sus símbolos y los llamados de ciudadanía a que salgan del poder.

El modelo de hegemonía del FSLN en las universidades, especialmente en las estatales, fracasó. Destruyeron la autonomía, utilizaron las becas como herramientas de chantaje y se proscribió la democracia.

Fomentaron la cooptación y el culto a la obediencia de los estudiantes, hoy estos han recobrado su independencia y sus deseos de ser actores de cambio.

Su discurso de modelo exitoso y replicable ha quedado hecho trizas. Sus promesas de paz, prosperidad y grandioso futuro desaparecieron en horas. Todos los fundamentos del régimen han colapsado. ¿Dónde quedaron los incomparables porcentajes de aprobación?

La Nicaragua de hoy requiere un profundo análisis académico y psiquiátrico. Con razón Fernando Savater, desentrañando la complejidad psicológica del anarquismo político de Bakunin, llegó a la conclusión que

“todo partido político, y más si se supone revolucionario, suele aspirar a los prestigios de la catacumba, la contraseña y el púlpito: nace como iglesia perseguida, o como facción de bandoleros románticos, y acaba como inquisición o como departamento de policía”. Bakunin amaba la primera actitud política el FSLN está sumergido en la segunda.

El autor es politólogo

Opinión Daniel Ortega diálogo nacional política archivo
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