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Luis Fernando Coronel, el héroe diriambino. LAPRENSA/ CORTESÍA/ WILFREDO CORTEZ/ LIGA PRIMERA

Claves del título: Diriangén, un plantel joven y ambicioso liderado por Mauricio Cruz

La llegada de Mauricio Cruz al banquillo del Diriangén fue un parteaguas en el equipo que pasada un mal momento

Diriamba se desbordó para darle la bienvenida a sus nuevos héroes: los jugadores del Diriangén. Desde El Crucero comenzó la caravana que se intensificó en Las Esquinas. La ciudad se dio una pausa por la crisis sociopolítica que atraviesa el país para celebrar un nuevo título 12 años después  y de paso les dio notoriedad a nivel internacional con el cupo a la Liga Concacaf 2018.

La llegada de Mauricio Cruz al banquillo del Diriangén fue un parteaguas en el equipo que pasada un mal momento, que era más por una afectación psicológica que futbolística por los 12 años sin conseguir un título. Cruz, símbolo y figura como jugador y técnico, llegó a darle esa confianza a la plantilla que necesitó en las ocho finales pérdidas anteriormente.

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Cruz, quien fue el último técnico en ganar un título y el primero en conseguirlo tras esa larga sequía, retornó al banquillo esta temporada en el Torneo de Apertura 2017. Su misión era clara: lograr un título lo más pronto posible y regresar al club al primer plano deportivo nacional, como lo era entre 2000 y 2006. La misión no era fácil y Cruz se propuso como meta un proceso largo de tres temporadas para conseguir los resultados.

El regreso de Cruz

El técnico diriambino sabía que era complicado conseguir de la noche a la mañana los objetivos, porque el Real Estelí posee la mejor plantilla de la Liga Primera y el Ferretti creció deportivamente compitiendo por las finales en su ausencia. Ese poderío del Estelí y la confianza de los capitalinos sería complejo de derrumbar, sin embargo en el Clausura dio un golpe sobre la mesa ganando la corona.

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Cruz conoce mucho del futbol nacional y sobre todo el diriambino. Apostó por jugadores jóvenes—23 años es el promedio de edad del plantel— y locales —solo tres son fuera de Carazo—, más una selección de extranjeros que cumplieran con el perfil del proyecto diseñado que llegaran a darle el complemento adecuado. Al final, obtuvo un bloque sólido en todas las líneas y con individualidades en cada una para marcar diferencias en determinados momentos.

El entrenador diriambino solicitó a la directiva la renovación de la mayoría de los jugadores nacionales y la contratación de otros —Luis Camilo y Melvin Hernández—, y extranjeros ambiciosos. Con ese perfil cumplieron el volante argentino Carlos Torres, quien regresó al club después de tres años, y los costarricenses Josué Meneses (central), Yeison Esquivel (volante) y Andrés Mendoza (delantero).

Jugadores decisivos

Torres volvió por venganza y la consiguió. El argentino fue protagonista eliminando al Real Estelí en la semifinal de 2015, pero en la final contra la UNAN no pudo marcar. Su deseo era regresar para levantar el título y cumplió, convirtiéndose en líder dentro del club y marcando el doblete en la victoria del partido de ida de la final.

Los tres costarricenses son de proyección y llegaron a la Liga con el deseo de darse a conocer para regresar a su país con mejores ofertas. Meneses está a préstamo desde el Herediano de Costa Rica, que ya lo pidió de regreso. El central de 22 años fue un líder, compartiendo el rol de capitán con Torres.

Esquivel y Mendoza también llegaron cedidos, dejaron constancia de su calidad. En su primer torneo, mostraron una rápida adaptación que les permitió marcar muchos goles, 8 y 7, respectivamente. Seguro que ofertas no les faltarán en su país y el Diriangén tendrá complicado retenerlos.

Un equipo compacto

El Diriangén se diseñó bajo un modelo colectivo, pero con individuales en cada zona. El equipo mantuvo su funcionamiento a pesar de las ausencias de sus jugadores claves. En el partido de vuelta de la final no contó con los centrales Meneses y Erick Téllez, pero sus sustitutos —Henry Niño y Melvin Hernández— respondieron en el partido clave, como lo hicieron en los otros de la etapa regular.

Esquivel salió lesionado en el partido de ida de la final y en la vuelta Pedrinho cumplió. Mendoza no tuvo participación en la final porque estaba bien marcado, nunca tuvo una oportunidad clara frente al marco. Sin embargo, Luis Fernando Coronel dio soluciones. El atacante diriambino decidió el título marcando gol, tras tres meses sin anotación.

Los Caciques ganaron un título otra vez. Ya dieron un primer paso a lo que buscan, pero el retorno a la hegemonía es un proceso más largo, porque deberá ser constante y desbancar al Estelí o Ferretti de las finales.

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