La delegada del Servicio Nacional de Sangre de Nicaragua, que iba a atender este sábado en el Centro Comercial Managua a las personas que respondieron a la convocatoria del Hospital Vivian Pellas, para hacer donaciones dado la crisis que vive el país, fue rechazada debido a que usaba una camisa donde en una de las mangas podía verse la bandera rojinegra del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Desde 2007, no resulta extraño ver banderas del FSLN en las instituciones estatales, en los uniformes de empleados públicos, y en los actos que deberían ajenos a cualquier interés político, pero en la Nicaragua de Daniel Ortega y Rosario Murillo la frontera entre lo público, lo privado y partidario se borra al ritmo de los intereses de los gobernantes.
La diferencia es que, a partir del 18 de abril, cuando iniciaron las manifestaciones ciudadanas, que fueron brutalmente reprimidas por el gobierno de Ortega, la desconfianza de los pobladores es mayor dado que se denunció que existía la orden ministerial de no atender a los heridos en las manifestaciones en el sistema de salud público. El caso ocurrido durante la convocatoria a donar sangre, se conoció por un vídeo que se hizo viral en las redes sociales, donde una joven le muestra su irritación a la funcionaria.
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“Yo me ofrezco a ir a mi casa a traer un camiseta para que se cambie y tener su voto de confianza. Yo no le puedo donar a alguien que ni siquiera me puede responder por qué anda con la bandera rojinegro: sangre y luto que ha llenado nuestro país desde el 18 de abril. ¿Por qué se puso una camiseta del Frente Sandinista si sabe que aquí venimos a apoyar a la gente que le han disparado?”, le espeta la joven en el video.
La funcionaria pública respondió, sin alcanzar a explicarse completamente, que la sangre irá “donde ustedes quieren que vaya” y hasta explica que ella estuvo trabajando en el hospital Vivian Pellas, donde se ha atendido a las personas que han resultados afectadas durante la represión. Otros ciudadanos presentes en el lugar le dicen que no le creen.
Luego del ataque armado de la Policía Nacional a la marcha ciudadana del 30 de mayo, Día de las Madres, el Hospital Vivian Pellas solicitó a la ciudadanía en general donar sangre, para atender a los heridos de bala que ese día ascendieron a más de 200 personas. Esa jornada fue sangrienta para el país, contabilizándose en total unos 18 muertos tras la represión gubernamental.
En su cuenta de Twitter, el citado hospital indicó que Nidia Buitrago, coordinadora del Banco de sangre, informaba que se recolectaría sangre el fin de semana en tres puntos de la capital: el Centro Comercial Managua, contiguo a Cruz Lorena, y en Galerías Santo Domingo.
Pero el director de la Cruz Roja Nicaragüense, Auner García, quiso dejar claro que desde hace tres años esta institución no tiene bajo su administración el banco de sangre, sino que está bajo la administración del Ministerio de Salud.
“Hemos estado aclarando en las últimas comunicaciones, a los diferentes medios de comunicación que ya la Cruz Roja no tiene una responsabilidad directa sobre la colecta, promoción, distribución de sangre y que es una responsabilidad del ente regulador que es el Ministerio de Salud”, dijo García, que está informado sobre el vídeo que circuló en las redes sociales.
García expresó que la Ley sobre Seguridad Transfusional de Nicaragua, Ley 369, establece que el responsable de la gestión de la sangre es el Estado a través del Ministerio de Salud (Minsa), que ha sido cuestionado durante la emergencia tras la represión gubernamental.
El director de la Cruz Roja también dijo que el personal de esta institución anda correctamente identificado con el logo de Cruz Roja, al igual que sus vehículos y su misión es atender primeros auxilios, porque los casos hospitalarios salen de sus funciones. García negó que sus ambulancias anden trasladando armas o personas ajenas a las que corresponden a su labor, como ha circulado en las redes sociales.