Un ataque de agentes de la Policía Nacional junto con paramilitares a los pobladores de Masaya ha dejado este miércoles una persona muerta. El hombre, que recibió un balazo en la frente, fue identificado como Jorge René Zepeda Carrión, de 33 años y murió en el hospital Humberto Alvarado de la ciudad, a donde fue trasladado posteriormente.
Zepeda, quien era mecánico, se encontraba en el sector del comisariato de la Policía Nacional resguardando una barricada cuando lanzaron una bomba que lo aturdió y posteriormente recibió el disparo. Parece que fue un francotirador porque no vimos el disparo. Nadie lo reconoció porque estaba bañado en sangre, pero luego lo identificamos” aseguró uno de los jóvenes que también resguardaba la barricada. “Es mi segundo amigo que matan, esto me motiva a seguir con la lucha, la Policía no tiene respeto por nosotros, porque vienen con balas, directo a matarnos”, agregó.
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José Carrión, abuelo de Zepeda, manifestó que este se dedicaba al oficio de mecánico automotriz. “Él me ayudaba bastante a trabajar, era mi esperanza. Él era muy querido por el vecindario y la prueba está en que todos lo están acompañando, me siento muy mal”, dijo. Su cuerpo fue trasladado por amigos hasta su casa de habitación en el barrio Países Bajos.
El ataque inició a eso de las dos de la tarde en las cercanías del mercado de artesanías y en el centro de la ciudad se escucharon ráfagas de disparos y explosiones de morteros. Aún no se precisa el número de heridos en el ataque. La parroquia La Asunción y San Jerónimo sonaron sus campanas en alerta a la población antes del ataque.
Zepeda se convirtió en la víctima mortal número 115 que han dejado las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. En la zona del ataque de este miércoles han sido asesinados la mayoría de las víctimas en el departamento de Masaya.
El pasado fin de semana, Masaya fue escenario de enfrentamientos que dejaron, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh), diez muertos, 62 heridos producto de impactos de bala, además de diez desaparecidos.
Desde el viernes la ciudad no durmió por los constantes ataques de la Policía hacia los jóvenes que mantienen barricadas en todas las entradas.
Álvaro Leiva, de la Anpdh, afirma que en Masaya, así como en todo el país, “existe una profunda crisis de violación a los derechos humanos”. El padre Edwin Román, de la iglesia San Miguel, en Masaya, relató que la ciudad ha sido muy “golpeada”. Además de que se han ofrendado muchas vidas, también hubo muchos saqueos.