Dos jóvenes que se desplazaban en una motocicleta la noche del martes fueron heridos de bala por policías, dos de ellos vestidos de civil, que se desplazaban en una camioneta sin placas que les dispararon cuando estos por temor rehusaron detenerse en una de las calles capitalinas, al observar que se trataba de hombres armados y en un vehículo que no identificaban si era de la Policía.
El hecho ocurrió en una de las calles del barrio Isaías Gómez, en el distrito V de Managua.
Uno de los jóvenes identificado como José David Chávez, de 17 años, después que fue herido por la espalda en uno de los brazos, fue conducido al Distrito Cinco de la Policía donde los agentes lo sometieron a torturas al raparle la cabeza con una bayoneta con la que le provocaron heridas en el cráneo y en la cara mientras lo amenazaban que si no respondía lo que le preguntaban lo irían a dejar abandonado en la Cuesta del Plomo.
“Este es un acto inadecuado porque personas que ya puedan manejar un vehículo y anden legalmente (…) a la hora que sea no tiene ninguna persona ni autoridad para (disparar) prácticamente son escuadrones de la muerte”, cuestionó el padre del muchacho David Chávez, quien considera que en el país se ejecuta “un toque de queda a voz baja”.
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Y él lo corroboró la noche del martes cuando dijo salió de emergencia a ver lo que le había pasado a su hijo, señaló que “las calles estaban áridas”.
Chávez, cuestionó que “el hecho que una persona sea joven, tenga una ideología política o no, no es justo que anden disparando a mansalva, porque a él (a su vástago) le hicieron una parada, pero es como que a mi me haga una parada un civil y, no se identifique, y no me diga, mire soy Policía Nacional”.
Y como los jóvenes hicieron caso omiso al alto les dispararon “y bien pudieron matarlos”, además a Chávez le robaron las pertenencias su teléfono celular un Iphone 6 plus, una cadena y anillos de plata y unos 200 córdobas. Ahora la víctima va a requerir de dos operaciones debido a una fractura que sufrió en el pie izquierdo.
Huyeron por temor
Según el relato del joven a sus familiares,” ellos observaron una camioneta con hombres armadas (y por eso) ellos no se quisieron detener aumentaron la velocidad y chocaron con otra camioneta”, debido a ello la Policía les disparó mientras los perseguía.
Sus familiares dijeron que Chávez y otro joven habían salido a buscar un medicamento y no portaban armas. Del amigo de Chávez solo se supo que también resultó herido con arma de fuego, fue conducido al hospital Vivian Pellas donde le curaron las heridas.
“Dice que donde ellos cayeron la Policía se bajó y los agarró y como él (Chávez) es gordito, él queda tendido en el suelo él ya no puede levantarse, tenía su pie fracturado entonces dice que la población le quería ayudar pero la Policía no dejó que se les arrimara nadie, porque andaban armados”, relató la abuela de Chávez, Martha Mendoza.
Ella comentó que al muchacho fracturado los policías lo obligaron a que se levantara “y lo pateaban” y ya en la delegación policial “le cortaron el pelo con una navaja y con la misma navaja le hacían heridas en la cabeza, tiene heridas en su cara y tiene un balazo en el brazo”.
“Ser joven es un delito y andar en moto es otro delito, porque todo el que anda en motocicleta ahora lo friegan”, sostuvo Mendoza.
Comisión Porras condena uso de la violencia
Este hecho coincide con un comunicado de la llamada Comisión Porras a través del cual “condenan el uso de la violencia y el atropello a la dignidad humana mediante tortura física y psicológica que han sufrido los pobladores a manos de personas violentas”, sin precisar que esta violencia de la cual es víctima la población proviene de la represión gubernamental perpetrada por la Policía Nacional y grupos paramilitares.
Aunque indica en otra parte del comunicado que “estamos conscientes que la Policía Nacional tiene el deber constitucional de usar la fuerza pública para resguardar el orden público”. Sin embargo, esa comisión hace un llamado a la Policía “para que evite el uso desproporcionado de misma”.
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La Comisión Porras señala que se solidariza “con todas las familias que lloran la pérdida de vida de sus familiares” que en 48 días “de conflicto”, que en realidad es de represión gubernamental contabilizan 139 muertos y 49 desaparecidos. Y aprovecha para insistir en que la única salida es el diálogo.