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Corte Suprema

Los críticos y expertos en la Constitución de la República califican como “reprobada” la gestión de Alba Luz Ramos al frente de uno de los cuatro grandes poderes del Estado. LA PRENSA/ARCHIVO

Alba Luz Ramos, la eterna magistrada orteguista en el Poder Judicial

Alba Luz Ramos tiene una trayectoria en el Frente Sandinista desde los tiempos de la lucha contra la dictadura somocista. Es una verdadera intocable en las estructuras de poder, debido a su fidelidad al orteguismo. Ha sido magistrada del Poder Judicial por 30 años.

En la marcha convocada por el orteguismo el pasado 30 de abril, la única funcionaria que estaba junto al presidente designado Daniel Ortega, además de la vicepresidenta designada Rosario Murillo, era la magistrada presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos. Para los analistas, el mensaje que Ortega enviaba era que la justicia de Nicaragua estaba a su lado, personificada en una de sus servidoras más incondicionales.

Ramos tiene una trayectoria en el Frente Sandinista desde los tiempos de la lucha contra la dictadura somocista. Su seudónimo era Natalia. Es una verdadera intocable en las estructuras de poder, debido a su fidelidad al orteguismo. Ha sido magistrada del poder judicial por 30 años. En dos períodos ha sido presidenta del mismo. Quienes la conocen dicen que es bastante amable. Quienes conocen del Derecho señalan que su rol como magistrada es de ser cómplice en la destrucción de la independencia del poder judicial nicaragüense.


Alba Luz Ramos, la dama de la Justicia


Su rol más predominante en la historia jurídica del país es como un engranaje clave para el expedito proceso que, en octubre del 2009, en tan solo cinco días, pasó de una solicitud ante el Consejo Supremo Electoral para luego convertirse en un recurso de amparo que meteóricamente fue resuelto por todas las instancias judiciales, hasta llegar hasta la misma Corte Suprema de Justicia.

Alba Luz Ramos, vestida de color crema y lentes oscuros, celebra junto a Rosario Murillo y Daniel Ortega en el plantón convocado en la Plaza de Las Victorias, el pasado 30 de abril. LA PRENSA/CARLOS VALLE.

La Sala Constitucional de este poder del Estado resolvió finalmente a favor de que el presidente Daniel Ortega podía volver a ser candidato a la Presidencia de la República, pese a que el artículo 147 de la Constitución Política lo prohibía por medio de un doble candado legal. Posteriormente Ortega, ya en el poder en 2012 y con el apoyo de la mayoría de diputados asignados por el poder electoral presidido por Roberto Rivas, logró reformar la Constitución Política para establecer la reelección continua e indefinida.

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Pero no ha sido la única resolución jurídica en la que la magistrada Ramos ha estado involucrada como presidenta de la Corte Suprema de Justicia. El experto en Derecho Constitucional, Gabriel Álvarez, para un perfil de la magistrada Ramos publicado en la Revista Domingo, en mayo del 2017, mencionó como otras sentencias en las que privó el razonamiento político por encima del jurídico, la que estableció el rechazo del recurso por inconstitucionalidad de la Ley 840, referida al proyecto del Canal Interoceánico otorgado por Ortega al empresario chino Wang Jing y la sentencia que despojó de la personería jurídica al Partido Liberal Independiente, que en ese momento lideraba el político Eduardo Montealegre.

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Ramos tampoco es muy amable con los medios de comunicación independientes, más aun cuando desentrañan irregularidades en el poder judicial. Se ha referido como “mentiroso y manipulador” al Diario LA PRENSA por las investigaciones sobre la sumisión del poder judicial a Ortega, en un conflicto privado entre una familia y unas empresas camaroneras en Chinandega, y la renovación de la flota del poder judicial a un costo de 960 mil dólares.

Corte Suprema
La magistrada Alba Luz Ramos tiene una seria apatía a los medios de comunicación independientes. LA PRENSA/ J, FLORES

Ha permitido que su Departamento de Prensa bloquee las coberturas de LA PRENSA y otros medios de comunicación a las fuentes judiciales, solo por su inconformidad por las publicaciones que cuestionaban las irregularidades en su gestión como magistrada presidente.

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Su alergia ante las críticas no solo es contra los medios de comunicación. Informes del Departamento de Estado de Estados Unidos han señalado que el poder judicial de Nicaragua enfrenta problemas de “corrupción institucional y falta de independencia”.

La respuesta de Ramos a estos señalamientos: “Lo que pasa es que el Departamento de Estado hace sus propias consultas y siempre consulta al mismo grupito de gente que dice lo mismo”. Para la magistrada presidente, los problemas nunca se originan en casa y así ha sido por 30 años.

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Política Alba Luz Ramos Magistrada Poder Judicial archivo

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