Cuando los Yanquis abandonaron su campamento en Tampa y se movieron hacia Toronto para el inicio de la temporada, no había dudas respecto a la potencia de su ofensiva. Tras haber agregado a Giancarlo Stanton, la alineación se había vuelto más temible todavía.
¿Y el picheo? “Los Yanquis tienen un buen picheo y creo que no ha recibido el crédito que se merece”, escribió el columnista del New York Post, Kevin Kernan. CC Sabathia respaldó la aseveración, pero advirtió casi premonitoriamente: solo necesitamos estar saludables.
Esa ha sido la mayor dificultad, la salud. El argumento se Kernan se apoyaba en el hecho de que en 2017 los Yanquis fueron terceros en efectividad en la liga con 3.72, detrás de Cleveland (3.30) y Boston (3.70), y mejor aún, quedaron a un triunfo de la Serie Mundial.
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Sin embargo, a las dos semanas de iniciada la temporada, el propio Sabathia debió ir a la lista de lesionados. Le siguió Jordan Montgomery, sometido a una cirugía Tommy John, por la cual perderá toda la campaña. Ahora se agrega el japonés Masahiro Tanaka.
¿Qué harán los Yanquis?
Estamos hablando a la vez, de un equipo que registra su mejor inicio de temporada en los últimos 20 años. Luego de 60 partidos –sin incluir el de anoche ante los Mets- los Yanquis tienen 42-18, un registro solo superado por el 46-14 que habían conseguido en 1998.
Por ahora se están defendiendo con su estelar Luis Severino, con Sonny Gray, Sabathia y Domingo Germán. Este lunes no tienen juego, de modo que van a necesitar a un abridor adicional hasta el viernes, cuando se midan a los Rays de Tampa Bay en Nueva York.
“Creo que tenemos una idea de lo que vamos a hacer. Esto es desafortunado (las lesiones) pero a la vez crea oportunidades para otros”, dijo el gerente general de los Yanquis, Brian Cashman a Wallace Mathews de The New York Times, sin relevar qué harán.
No obstante, se presume que la primera mirada será hacia el interior de la organización y ahí es donde nombres como el de Jonathan Loáisiga toman fuerza, lo mismo que el zurdo Jutus Sheffield, David Hale y Luis Cessa, quien está rehabilitándose tras una lesión.
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¿Y en sucursales?
Sheffield es un zurdo llegado de Cleveland en el cambio por Andrew Miller. Fue escogido en la primera ronda en el draft del 2014. En cinco años en las Menores tiene 31-22 y 3.18, 450 ponches en 427 innings. Este año, 1-2 y 2.96, con 27 ponches en 27 innings en AAA.
David Hale es un lanzador de 30 años, que ha actuado en 69 partidos en Grandes Ligas. La mayoría de expertos pensó que era el candidato natural ante la necesidad de un abridor la semana pasada, pero los Yanquis iban con Loáisiga. Tiene 2-2 y 4.58 en AAA este año.
Luis Cessa es un derecho mexicano de 26 años, que ha sido un como el lanzador más cerca de la rotación en los últimos años, tiene 4-7 y 4.49 en su carrera de 30 partidos en las Ligas Mayores. Este año se pensó que podría establecerse, pero se lastimó y ahora regresa.
Loáisiga es el lanzador que menos se le ha mencionado como un candidato, pero desde la semana, cuando Jay Bell, su mánager en AA insinuó que pudo ser subido, ahora está en la boca de todos. Ha brillado en Clase y Doble A y está atento a una seña desde el Bronx.
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Candidatos de afuera
Cole Hamels de los Rangers, es para los especialistas un candidato idóneo para fortalecer la rotación de los Yanquis, pero además de sus 34 años y marca de 3-6 y 3.86, lo que va a detener una transacción es su salario. Gana 22 millones este año y 20 en 2019.
Otro candidato mencionado por las publicaciones neoyorquinas es Chris Archer de los Rays de Tampa. No ha lanzado por debajo del 4.00 en las últimas tres campañas y bajó su ritmo de ponches, pero todavía es un lanzador codiciado por su juventud y precio.
Micheal Fulmer, Noah Syndergaard, Jacob deGrom y Tyson Ross son señalados a menudo como opciones para los Yanquis, pero no es tan fácil mover gente de esa magnitud, más cuando habría que desprenderse de notables prospectos, pero veremos qué pasa.