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Los ataques iniciaron a eso de las 5 de la mañana de este viernes. LA PRENSA/S. Ruíz

Calificación de crédito de Nicaragua se deteriora por crisis

A menos de dos meses del inicio de la crisis sociopolítica que enfrenta el país la agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings cambió la perspectiva de la calificación crediticia de estable a negativa

A menos de dos meses del inicio de la crisis sociopolítica que enfrenta el país la agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings cambió la perspectiva de la calificación crediticia de estable a negativa. Esto eleva el costo del financiamiento comercial que Nicaragua adquiere en el exterior y hace al país menos atractivo para la inversión.

Aunque la agencia ratificó la calificación soberana de largo y corto plazo de B+ y B, respectivamente, advirtió que de prolongarse la crisis podría bajar la calificación. Decisión que podrían tomar también las otras dos agencias con las que trabaja Nicaragua.

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“Que nos pongan en perspectiva negativa es una advertencia de que la situación macroeconómica y de gobernabilidad podría deteriorarse al punto que la calificación puede rebajarse”, dice Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Por su parte Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Fundes), explica que la perspectiva de S&P evalúa la dirección potencial de la calificación de crédito en un plazo intermedio (típicamente de seis meses a dos años).

Impacto en costo de deuda

“En general, la calificación de crédito de un país es una métrica usada por los inversionistas para evaluar la capacidad de pago o solvencia crediticia por lo que tiene un gran impacto en los costos de la deuda de un país”, dice Chamorro.

En un comunicado emitido el fin de semana, S&P Global Ratings explica que el difícil entorno político afectará el desempeño económico y fiscal en 2018, y potencialmente el próximo año.

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“De tal manera, revisamos la perspectiva a negativa de estable y confirmamos las calificaciones soberanas de Nicaragua de B+ y B” y aclara que “la perspectiva negativa refleja el riesgo de que una prolongada parálisis política empeore la gobernabilidad de Nicaragua y deteriore las finanzas públicas y expectativas de crecimiento, lo que llevaría a una baja de calificación”.

La revisión es un retroceso en los esfuerzos que el país realizó en los últimos tres años para mejorar la calificación en la medida en que iba consolidando sus avances económicos, dice Arana quien actualmente se desempeña como gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).

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El director ejecutivo de Funides considera que se debe mencionar “que un cambio en perspectiva no es necesariamente un precursor de un cambio en la calificación. Así, por ejemplo: perspectiva positiva significa que la calificación podría subir. Perspectiva negativa significa que la calificación podría bajar. Perspectiva estable significa que la calificación es probable que no cambie”.

Puede justificar alza

Los cierto es que dicha revisión es solo una primera advertencia y no implica necesariamente un incremento a las tasas de interés de la deuda que se adquiera. Sin embargo, Arana considera que no puede descartarse que se tome “como justificación para incrementar las tasas”.

Otro riesgo es que las otras dos agencias calificadoras con las que trabaja el país, Moody’s y Fitch Ratings, también hagan revisiones similares y que de prolongarse la crisis terminen por bajar la calificación del país, lo que provocará impactos más directos para la economía.

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Con la intención de conseguir financiamiento comercial en el exterior, para compensar la reducción de la cooperación petrolera venezolana, desde hace tres años el Gobierno trabaja con tres agencias calificadoras de riesgo.

En mayo cuando la crisis sociopolítica que enfrenta el país desde hace 55 días cumplía un mes, Fitch Ratings expresó a través de un comunicado que los disturbios podrían socavar las condiciones de inversión, el crecimiento económico y poner en riesgo la confianza en el Sistema Financiero y la estabilidad macroeconómica del país.

Es un gran retroceso

Además, no descartó una salida anticipada del presidente Daniel Ortega. Ahora la crisis está cercana a cumplir dos meses y acumula decenas de muertos, cientos de heridos y millonarias afectaciones a la economía.

“Esto es un gran retroceso a los esfuerzos de los últimos tres años porque inclusive Moody’s estaba analizando la posibilidad de mejorar la calificación, porque nosotros todavía no tenemos grado de inversión, seguimos siendo calificados como de alto riesgo”, expone Arana.

Además, añade que “lo idóneo es que Nicaragua alcance la calificación en grado de inversión porque eso permitiría atraer a más inversionistas y adquirir más recursos para créditos y obviamente ambas cosas permitirían generar más empleos”.

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Teniendo en cuenta que en las actuales circunstancias esto no se puede lograr, Arana cuestiona por qué el país tiene que seguir aceptando a un Gobierno que lo único que va a provocar es más retroceso para el país.

“Así como estamos no hay manera de que Nicaragua pueda ver la luz del día. Es demasiado lo que nos ha costado llegar hasta donde estamos para que ahora lo echemos a perder, cuidemos lo que tenemos y exijamos que haya un cambio en el país ya”, sostiene Arana y añade que desde el punto de vista económico todavía hay oportunidad de resistir un poco y revertir el daño, pero desde el punto de vista política y social no hay tiempo y urge una salida inmediata.

Es resultado de la represión

Para el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, la revisión de la perspectiva de la calificación crediticia de estable a negativa que anunció el viernes la agencia calificadora S&P Global Ratings es el “resultado del ciclo de violencia y represión que el país ha vivido por más de 55 días producto del actuar de las autoridades”.

Según Aguerri, por el “actuar de las autoridades” los sectores turísticos, comerciales y de construcción han sido impactados de manera dramática y actualmente el empleo que generan las empresas que operan bajo el régimen especial de zona franca está amenazado.

“Las ventas han disminuido en una gran cantidad de sectores. Esto va a tener resultados a la baja durante el año en curso y dependiendo de la solución que la crisis tenga esta podría inclusive aumentar más allá del 2018”, advierte Aguerri.

León

Todavía es reversible

La crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua desde hace 55 días ha dejado decenas de muertos, cientos de heridos y millonarias afectaciones a la economía, sin embargo, la afectación económica todavía puede revertirse en el corto plazo. “Las proyecciones que hace S&P Global Ratings todavía son relativamente leves, todavía estamos muy a tiempo de que esto no pase a más, podemos sufrir el próximo año todavía los embates de toda esta barbaridad que estamos viviendo, pero podemos recuperarnos en el 2020. Pero eso va a depender de cómo y cuándo salimos de esta crisis”, advierte Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN).

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