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La extrema brutalidad

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) anunció al comenzar la sesión del Diálogo Nacional del sábado 15 de junio, que participaría en esta bajo protesta.

La Alianza patentizó de esa manera su condena al espantoso asesinato múltiple que las fuerzas tenebrosas de la dictadura de Daniel Ortega perpetraron en las primeras horas de ese mismo día, al incendiar una vivienda en el barrio Carlos Marx, de Managua, y quemar vivas a seis personas, entre estas un bebito de 3 meses y una bebé de 3 años de edad.

Los representantes de Ortega en el Diálogo se rasgaron las vestiduras y hasta simularon derramar algunas lágrimas por las personas asesinadas. Y en un nuevo alarde de cinismo culparon a la Alianza Cívica por el horrendo crimen.

Pero no hay que sorprenderse, la dictadura de Daniel Ortega está haciendo lo que ella misma anunció a su debido tiempo. El 13 de noviembre de 2008 el procurador orteguista Hernán Estrada aseguró que si Daniel Ortega “dispusiera llamar a sus partidarios a las calles, no quedaría piedra sobre piedra en este país…”. Y el 26 de julio de 2009, el comandante sandinista Tomás Borge declaró a Telesur que había aconsejado a Daniel Ortega hacer lo que fuese necesario y pagar el precio que fuera, pero no entregar el poder.

Pocas personas dieron crédito a aquellas advertencias funestas. La gente no podía imaginar que Ortega llegaría al extremo de perpetrar masacres como la de abril y el Día de la Madre, el horroroso asesinato de niños y adultos del sábado 16 de junio, la matanza de más de 180 personas durante la represión desatada desde el 18 de abril pasado.

¿Cuántos horrores más hay que esperar de Ortega y Murillo mientras sigan en el poder?

En las redes sociales se está advirtiendo que ante la inminente llegada al país de los representantes de organismos internacionales, que vienen a investigar la matanza e identificar a los responsables, la dictadura podría asesinar a algunos de sus partidarios para culpar a los ciudadanos que luchan de manera cívica y pacífica por la libertad y la democracia.

A algunas personas les puede parecer imposible que el régimen mande a matar a sus mismos seguidores. Como tampoco creían que sería capaz de perpetrar la matanza que ha venido ocurriendo durante los dos últimos meses, a pesar de las advertencias que el procurador orteguista y el comandante sandinista hicieron en 2008 y 2009.

Pero Daniel Ortega no es el primero ni el único dictador en el mundo y la historia que masacra a su pueblo para aferrarse al poder.

Muchos lo hicieron en la antigüedad, en la Edad Media y en la época moderna. Sin embargo, todas las dictaduras han llegado y seguirán llegando a su fin.

En Nicaragua los estudiantes y los ciudadanos autoconvocados están venciendo a la dictadura orteguista, a pesar de la despiadada represión. Con la lucha incesante y su espíritu indoblegable, el pueblo nicaragüense conquistará la libertad y la democracia.

Editorial Daniel Ortega extrema brutalidad represión archivo
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