14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Gustavo Porras presidente de la Asamblea Nacional, impone banda presidencial a Daniel Ortega. Managua 10 de enero del 2017. LAPRENSA/Manuel Esquivel

Gustavo Porras, el diputado que traicionó al sindicalismo

En el aspecto sindical Porras ha divulgado que es fundador de Fetsalud, distorsionando la verdad histórica. Desde 1977, el liderazgo de Fetsalud lo ejercían Eveling Umaña

Ya sea al mando del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) o de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud), el ahora diputado Gustavo Porras exigió aumentos de salario, promovió huelgas y asonadas, levantamientos callejeros contra el sistema y cultivó un discurso tan agresivo contra el gran capital como en un día fueron los de su jefe, Daniel Ortega, en los tiempos en que el Frente Sandinista era un partido político opositor.

“Diez años después del ascenso al Ejecutivo del caudillo sandinista, Porras cumplirá 14 años ejerciendo como diputado, 20 años al frente del FNT y otros tantos no precisados en su biografía oficial como parte de la Dirección Nacional del FSLN”, cita un perfil sobre el diputado, escrito por el editor de la sección Poderes de LA PRENSA, Octavio Enríquez, en agosto del 2016. Porras continúa en la Asamblea Nacional, ahora como presidente de ese poder del Estado, y sigue al frente del FNT.


Alba Luz Ramos, la eterna magistrada orteguista en el Poder Judicial


En el aspecto sindical Porras ha divulgado que es fundador de Fetsalud, distorsionando la verdad histórica. Desde 1977, el liderazgo de Fetsalud lo ejercían Eveling Umaña, mujer humilde, beligerante, pero manipulada a partir de 1984 por Porras; Iris Montenegro y Jacaranda Fernández, quienes sí trabajaron en la construcción de esta organización. Porras llegó al Hospital Manolo Morales en 1979 e inmediatamente salió a México para hacer su residencia de Medicina Interna, regresando en 1983, que es cuando ya se involucra en Fetsalud y por su verborrea histriónica, en 1984, le gana a Iris Montenegro la presidencia.


 Aminta Granera, la jefa decorativa de la Policía Nacional


En los años noventa consolida su posición en Fetsalud, a partir de su relación como médico internista con la familia Ortega-Murillo y por medio de la lealtad incondicional e intriga política, desplaza a mucha gente histórica de la dirigencia sindical, como Roberto González, actual dirigente de la CST (Central Sandinista de los Trabajadores), con el cual tiene serias contradicciones. Conforma así la FNT con sectores de la Educación y los trabajadores por cuenta propia. Desde el año 1998 trabaja con Roberto López (actual presidente del Instituto de Seguridad Social), cuando este estaba en el Minsa Central y el Silais Managua. Fueron cercanos desde entonces, al nivel que, cuando el gobierno de Ortega recibió el INSS, a finales de 2006, el equipo gubernamental que hizo ese trabajo lo dirigía Porras y en ese equipo estaba el futuro presidente del INSS.



Porras cambió con la llegada al poder de su jefe. El otrora incendiario sindicalista abandonó su supuesta lucha por las clases sociales y se convirtió en un defensor a ultranza de las medidas económicas y sociales ejecutadas por el orteguismo, inclusive si estas lesionaban los derechos laborales y humanos de los trabajadores del país, como fue el caso de las reformas promovidas al Seguro Social que dieron pie a la ola de rebeldía ciudadana que inició el 18 abril pasado, la que Daniel Ortega ha intentado aplacar con represión.

Porras convirtió al FNT en una organización de turbas paramilitares que funcionan como una fuerza de choque callejero para reprimir protestas de ciudadanos y opositores. Su postura orteguista ha sido clave para la destrucción del sindicalismo en el país, bloqueando o desarmando cualquier organización sindical que pretendía reclamar derechos laborales al Gobierno, inclusive si estas eran de tendencia sandinista.


Francisco López, el tesorero de Daniel Ortega


Desde la llegada al poder de Ortega, en 2007, orientó a los agremiados de Fetsalud a ser un instrumento de apoyo para la consolidación del nuevo gobierno de Ortega, por encima de sus demandas sociales y laborales.

Paralelo a esta conversión, investigaciones periodísticas revelaron operaciones en el sector Salud que beneficiaban al entorno de Porras. Una investigación de LA PRENSA, publicada en febrero del 2017, revela cómo una distribuidora de medicinas denominada Universal Marketing Associates, SA (Unimark), de la cual es socia Alicia Sáenz Marenco, una colaboradora histórica de Porras, había ganado cinco millones de dólares desde el 2009 en contratos con el Estado. El diputado nunca quiso contestar ninguna pregunta a los periodistas sobre estas operaciones que lo vinculaban. Siempre evadía contestar o se retiraba balbuceando “que molestan estos derechistas con sus campañas”. Esta misma actitud es la que tomaba cuando se le cuestionaba sobre cualquier polémica que involucrara al Gobierno.


 Francisco Díaz, el operador de Daniel Ortega en la Policía


Considerado como un incondicional de la vicepresidenta designada Rosario Murillo, el diputado formó la denominada Comisión Porras, que supuestamente investigaría la masacre perpetrada por el gobierno de Ortega en abril pasado. Sin embargo, ni un sector del país da un ápice de credibilidad a la Comisión Porras, debido a la fidelidad al poder del sindicalista orteguista. Incluso la misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció en su reporte la nula credibilidad que la población le daba a la Comisión Porras.

Al final, el diputado Porras, más que defender los derechos de los trabajadores, lo que siempre ha hecho es proteger a quien siempre ha servido: Ortega. Un ejemplo de esto fue cuando el legislador convocó a la contramarcha del Gobierno el mismo día en que estaba prevista una manifestación en honor a las madres de los caídos en las protestas ciudadanas. Ese día ocurrió la masacre del Día de las Madres, en la que 19 personas murieron por las balas de la Policía y los paramilitares del Gobierno. Todos ellos fueron víctimas directas de la represión, pero sobre todo de la intolerancia de un gobierno que se cree intocable.

Política Gustavo Porras sindicalismo traición archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí