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¿Hacia un corralito financiero?

La tragedia nacional es la masacre de la juventud y hasta de niños. Lo económico a pesar de su importancia, es secundario. No obstante, es necesario mencionar que, de no haber una transición política democrática en el corto plazo, es posible una grave crisis financiera.

Ha habido fuertes retiros de depósitos bancarios. El 18 de abril el total de depósitos bancarios —en dólares y en córdobas— ascendía al equivalente a 5,479 millones de dólares, cifra que disminuyó a 4,819 millones al 18 de junio.

Si persiste a ese fuerte ritmo la retirada de depósitos, puede haber un “corralito financiero”. Ello implicaría que se limitaría al público retirar de los bancos sus depósitos. Ya ocurrió un “corralito financiero” en Argentina en el año 2001 y en Grecia en el año 2015. En Argentina, a los depositantes de dólares les terminaron entregando pesos devaluados. Aunque no igual, algo parecido a un “corralito” ocurrió en Nicaragua en la década del ochenta cuando hubo control cambiario y fue hasta ilegal la tenencia de dólares. Se restringió el uso y la salida de dólares.

Hay que tener presente que el Banco Central puede imprimir córdobas, pero no dólares. Ello limita seriamente su capacidad de funcionar como prestamista de última instancia de los bancos. A diferencia de la década del ochenta, hoy el sistema financiero está altamente dolarizado. El 75 por ciento de los depósitos y más del 80 por ciento de los créditos están en dólares. Si el público continúa retirando sus depósitos, los bancos tendrán problemas de liquidez. Y aunque el Banco Central tiene un “pequeño colchón de dólares” para respaldar a los bancos, no podría evitar la iliquidez bancaria que resultaría si continúa la retirada de depósitos en dólares.

Los bancos, de hecho, están siendo afectados por dos vías: retiradas de depósitos y aumento de la cartera crediticia de difícil recuperación. El deterioro de la cartera y la retirada de depósitos podrían afectar seriamente la estabilidad del sistema financiero. Aunque —por el momento— los bancos parecieran tener aún un nivel de liquidez aceptable, la situación es muy frágil. El grueso de los depósitos ya retirados ha sido de cuentas corrientes y de ahorro, es decir los depósitos más líquidos. Para evitar retirada de los depósitos a plazo, los bancos decidieron recientemente no permitir la redención anticipada —con penalización de intereses— de los certificados de depósitos a plazo. De no haber solución política, al ir venciendo esos certificados muchos no serán renovados, lo que afectaría la liquidez y capacidad crediticia de los bancos.

Para proteger las reservas internacionales —que ya han disminuido— el Banco Central ha adoptado una política monetaria contractiva, buscando disminuir la cantidad de córdobas en circulación. Al haber menos córdobas comprando dólares se intenta proteger las reservas, con el costo de profundizar la contracción económica. Sin embargo, esa política tiene límites. Los ingresos tributarios tienden a disminuir. La contracción económica y la desobediencia civil de no pagar impuestos, disminuye el flujo de ingresos del gobierno. Para financiar el aparato gubernamental podrían o tendrían que recurrir a imprimir córdobas sin respaldo. Ello provocaría inflación y más temprano que tarde, una devaluación del córdoba, mayor a la actual del 5 por ciento anual por el deslizamiento.

Sin una transición política democrática de corto plazo, la crisis financiera puede ser grave. Pero insisto: lo económico y financiero no es lo prioritario en estos momentos. Innecesario decirlo, el tema central hoy por hoy es la pérdida de vidas humanas: la terrible masacre de la juventud por la obsesión enfermiza del poder absoluto. Sin justicia y democracia no habrá estabilidad económica, ni estabilidad política.

El autor es economista.

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