Un arsenal de armas de diferentes calibres tuvieron que disparar los grupos paramilitares y policías para sembrar en pleno día el terror en Managua, evitando de una forma sangrienta que la población participara en una marcha programada para ayer, con el propósito de exigir justicia por los niños asesinados por el régimen orteguista.
En varios barrios de Managua, se observó un despliegue descomunal de personas encapuchadas y armadas acompañadas de policías disparando a plena luz del día. En las últimas semanas estos venían aplicando la limpieza de barricadas en los barrios, pero generalmente durante la noche.
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La primera acometida tuvo lugar en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) a eso de la 1:30 de la madrugada del sábado. Según los estudiantes que permanecen atrincherados en ese recinto universitario, el ataque dejó 15 heridos y varios secuestrados, tres de ellos fueron liberados horas después con señales de tortura.
Los paramilitares llegaron disparando y se llevaron consigo a varios jóvenes que estaban en las barricadas de la rotonda Rigoberto López Pérez; los otros estudiantes resistieron el ataque hasta que salió el sol, cuando los atacantes se replegaron hacia el reparto Lomas de Monserrat. Vecinos del lugar confirmaron que los paramilitares se refugiaron en Paebanic, un centro de capacitación del Ministerio de Educación.
Los sacerdotes de la Catedral Metropolitana de Managua y la parroquia Nuestra Señora de la Divina Misericordia llegaron a socorrer a los estudiantes, y el mediodía de este sábado fueron entregados por la Policía al sacerdote Leonel Alfaro los jóvenes: Alberto Martínez, Dustin Martínez y Alberto Jiménez.
El abogado del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carrión, afirmó que los muchachos “fueron torturados”.
También en los barrios
Durante el transcurso de la mañana en las vías que conducen hacia la UNAN-Managua el paso vehicular estuvo bloqueado. Mientras tanto, la Policía Nacional y fuerzas paramilitares atacaron en los barrios orientales de Managua.
Pobladores de Bello Horizonte, Rubenia, Villa Flor Norte, Villa Flor Sur, mercado Iván Montenegro, Villa Austria, los semáforos del Dancing, entre otros, documentaron y denunciaron la presencia de las huestes del orteguismo a través de las redes sociales, pues estos no solo realizaban “labores de limpieza” con palas mecánicas, sino también con balas y ejecutaban amenazas a quienes se atrevían a grabarles con sus celulares.
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En Bello Horizonte, exactamente a las 9:15 de la mañana, LA PRENSA constató la presencia de policías armados, ubicados en la rotonda y otros sectores aledaños. Los agentes detenían los vehículos y les preguntaban a los conductores sus nombres y a dónde se dirigían. Si alguien se rehusaba a darles información, los sentenciaban con el dedo y procedían a apuntar el número de placa.
También en el puente a desnivel de Rubenia se dispersaron alrededor de cincuenta policías con el rostro cubierto. Mientras que en los semáforos del Dancing cerraron el paso vehicular y peatonal hacia el sur.
Policía confirma terror
Según la nota de prensa número 71 de la Policía Nacional, los encapuchados que circulan armados son “trabajadores de la Alcaldía de Managua y miembros de la Policía, (quienes) realizaban labores para despejar vías”. Además, dice que los jóvenes de la UNAN fueron detenidos por “pobladores”.
Cancelan la Marcha de Las Flores
Las organizaciones civiles, la Coalición Universitaria y el Movimiento Campesino decidieron suspender la Marcha de Las Flores, en honor a los niños y adolescentes asesinados por la represión gubernamental. Los organizadores explicaron que la medida se tomó para no exponer a la ciudadanía ante el riesgo que supone el asedio y los ataques que grupos paramilitares y policías mantienen en distintos sectores de Managua, la capital de Nicaragua.
La marcha estaba prevista para este sábado 23 de junio a las 2:00 de la tarde desde la plaza Alexis Argüello y se caminaría por la Carretera a Masaya hasta llegar a la rotonda Jean Paul Genie, donde se mantiene un pequeño homenaje a las 212 personas que han muerto, de acuerdo con el último informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).