Los comentarios negativos —considerados a veces como perspicaces— que se escuchan a diario son más comunes que las frases optimistas que en ocasiones se tachan de ilusas. Pero, ¿realmente están bien definidos los dos papeles?, plantea la revista Buena Vida del diario El País.
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La publicación explica que podría tratarse de un error de conceptos. Lecina Fernández, psicóloga clínica y experta en ilusión, refiere que “efectivamente, optimismo suena a ingenuidad y al pesimista se le atribuye la capacidad de ver más allá. Y eso no es así”. “En realidad, sucede justo lo contrario”, aclara la especialista.
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“El optimista es capaz de ver la parte positiva, claro, pero también la negativa. Y precisamente por ver el lado oscuro comienza a moverse, con ánimo, para sortearlo o superarlo”, detalla El País. Por el contrario, el pesimista solo atenderá a lo negativo y él mismo se frenará para no caer en errores, quedándose instalado en una realidad a medias.