Tal como se esperaba, el informe final de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre Nicaragua, presentado el viernes de la semana pasada ante el Consejo Permanente de la OEA, fue contundente contra la dictadura de Daniel Ortega que está perpetrando terribles violaciones a los derechos humanos, inclusive delitos de lesa humanidad.
Toda la información contenida en el informe de la CIDH ha sido verificada por sus miembros que estuvieron en Nicaragua en mayo pasado, así como por los abundantes testimonios de víctimas y las pruebas escritas, fotográficas y audiovisuales que los comisionados internacionales han recogido y siguen recibiendo.
También como se esperaba, el canciller de Daniel Ortega que participó en la sesión del Consejo Permanente de la OEA rechazó el informe de la CIDH y trató de poner a la dictadura de Ortega y Murillo como víctima de una supuesta gran conspiración delincuencial.
Al respecto la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, quien estaba en Managua el 30 de mayo y observó la manifestación pacífica que fue ametrallada por las fuerzas criminales del régimen orteguista, se expresó con indignación sobre la cínica posición del canciller de Ortega en la reunión del Consejo Permanente de la OEA.
“Es vergonzoso —dijo la funcionaria de Amnistía Internacional— que el gobierno del presidente Ortega niegue lo innegable. Existe una gran cantidad de evidencia, que incluye miles de testimonios, para demostrar que el Estado nicaragüense ha cometido terribles violaciones de derechos humanos y continúa haciéndolo a diario. Esto tiene que parar antes de que se pierdan más vidas”.
Lamentablemente el informe de la CIDH sobre las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua no motivó una resolución especial del Consejo Permanente, a pesar de la contundencia de las pruebas, porque prácticamente todos los representantes de los Estados insulares del Caribe no se pronunciaron ni en aprobación ni en rechazo del reporte. Sin embargo, los países más influyentes del norte y sur de las Américas, condenaron las brutales violaciones del régimen orteguista a los derechos humanos y se pronunciaron por una solución democrática de la crisis de Nicaragua, de manera que el tema quedó abierto a una nueva y próxima discusión.
Es muy importante el hecho de que también el secretario general de la OEA, Luis Almagro, al abrir la sesión especial del Consejo Permanente se pronunció en favor de la anticipación de elecciones, como el único camino que puede conducir a la solución de la crisis de Nicaragua mediante la expresión de la voluntad popular en las urnas electorales.
Almagro apoyó de hecho la propuesta de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, la cual se discute en el Diálogo Nacional, de que las elecciones anticipadas deben celebrarse en marzo del próximo año, aunque según él podrían ser hasta en agosto de 2019. Pero en cualquier caso reconoció que la solución pasa por la salida del poder de Ortega y Murillo.