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Los Tigres, beisbol

Edgard Rodríguez C.

Zona de Strikes: Jonathan Loáisiga fue agresivo y determinado

Los disparos de Jonathan Loáisiga volvieron a tener el toque perfecto que obligó a los Yanquis ha promoverlo, pero los lanzó con agresividad y determinación

Los disparos de Jonathan Loáisiga volvieron a tener el toque perfecto que había exhibido en las Ligas Menores, donde además de atrapar la atención de los Yanquis, los obligó a promoverlo quemando etapas, pero con la certeza de haber realizado un juicio correcto.

Este lunes, se mostraba sereno, preciso y potente, en ruta hacia su segunda victoria de la temporada 2-0 contra los Filis, ante un colmado Citizen Bank Park, que no tuvo de otra que admirar su habilidad y repertorio eléctrico que no dio espacio a los de casa.

A diferencia de su salida anterior, Loáisiga fue agresivo con sus lanzamientos. Atacó a los bateadores y los mantuvo fuera de balance con una mezcla fenomenal de alta velocidad y una curva devastadora, mientras recurría al cambio, solo para establecerlo en la mente de sus rivales.

Loáisiga fue tan fino mientras esculpía su obra monticular, que no admitió hits durante los primeros cinco episodios y se mantuvo perfecto en los primeros cuatro. Al final, salió tras laborar 5.1 entradas, en las que solo admitió un hit, con dos bases y ocho “fusilados”.

Probablemente la clave fue localizar su recta. Sus primeros dos envíos fueron bolas de alta velocidad, pero distantes del plato. Sin embargo, en lugar de especular con otro picheo, se le vio insistir en la recta y al final, fue su mejor aliado con la complicidad de la curva.

Jonathan atacó la zona de strikes. Retó a los bateadores. Se le vio determinado a triunfar y lo consiguió con la ayuda del bullpen, pero la parte que le correspondía, la hizo bien. Se le vio más adaptado al ambiente, más integrado a un  equipo al que probablemente antes admiraba a distancia.

Fue una forma magnífica de reaccionar, después de su salida vacilante ante los Marineros, en la que más que ser agredido, se desgastó por el uso excesivo de picheos y después de once outs, tuvieron que llevárselo. Anoche no. Anoche estaba parado con firmeza sobre la colina.

Y aunque los Filis no tienen una batería como la de los Yanquis o Boston, son capaces de reventar a cualquiera. Con Loáisiga no pudieron, porque él tomó la iniciativa y los atacó a base de una recta que tocó constantemente las 97 millas y una curva muy dañina que se precipitaba con brusquedad.

Ahora Loáisiga tiene marca de 2-0 y 1.93. Sus 18 ponches en 14 innings, indican que tiene una frecuencia de 11.57 “fusilados” por cada nueve episodios, mientras mejora su control, aunque todavía tiene 5.14 bases por bolas en juego de nueve episodios.

El nica ha realizado 261 lanzamientos en sus tres trabajos. De ellos, el 63.2 por ciento han sido strikes, lo que muestra una clara mejoría en su control. Y junto a los 18 ponches también tiene 13 rolas al infield, lo que confirma el dominio que ha sido capaz de conseguir.

De manera que, de una apertura a otra, Jonathan pasó de lucir vacilante, a mostrarse agresivo, inteligente y valiente para tranquilizar a los Yanquis, y de paso, enviar un soplo de aliento a nuestro país, que al menos en sus aperturas, la gente ha dejado de verse sufriendo.

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