14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

Con un mar de flores, de oraciones y cariño hemos despedido los estelianos a doña Alicia Pereira de Barrantes en su viaje a la eternidad.

Ella tuvo las virtudes domésticas que propone la Biblia como hija, hermana, esposa y madre. Pero ella no solo tuvo virtudes domésticas, en el servicio social fue una mujer irrepetible en Estelí.

En el servicio social era irrepetible. No ejerció funciones públicas. Sirvió en carácter personal, con amor de caridad como católica. Solidaridad nacida y cultivada desde el corazón.

Cuando en 1973 llegó a Estelí la Fundación austriaca German Mainer, buscando cómo crear una de sus aldeas SOS para los huérfanos resultados del terremoto de Managua, en 1972, es Alicia quien los acoge con entusiasmo. Ayuda a conseguir el predio para la construcción, busca colaboradores, se hace cargo, casi sola de todos los trabajos de la instalación de esa aldea que no es solo un asilo tradicional para infantes desamparados, es un hogar donde los pequeños encuentran una “mamá”, una “tía”; tienen padrinos y madrinas de la ciudad que los visitan y regalan. A su tiempo van a las escuelas de Estelí, pero es Alicia Pereira de Barrantes, la gran madre de todas las generaciones de egresados que son hoy profesionales, artesanos, comerciantes, padres y madres de familia organizados y estables y hasta de artistas y poetas.

No se agotó en las aldeas su capacidad de servicio. El huracán Mitch de 1998 asoló pueblos y comunidades en toda Nicaragua, Estelí no se escapó al desastre. Alicia refundó una comunidad devastada. Con la ayuda que pudo conseguir instaló a las familias víctimas del siniestro en un lugar seguro. Consiguió materiales de construcción y logró que los vecinos autoconstruyeran sus viviendas. Creó pueblecito compacto, con calles, con un amago de plaza y su minicapilla para los oficios religiosos y dotó a las recién emplazadas familias de cocinas llamadas Lorena que gastan poca leña y que no ahúman la vivienda.

En mi concepto, esa comunidad con nueva estructura de pueblo fue también una creación muy superior a las capacidades que pudieran atribuírsele, la catalogan como visionaria.

Cuando sus sentimientos de madre sufrieron la dura prueba de la muerte repentina de su único hijo varón ya profesional y con familia formada, halló consuelo, confesión de parte en la devoción y promoción de la Virgen bajo la advocación de la Rosa Mística.

Por Alicia, amiga de tantos y también amiga mía, yo dijo ahora que ya ella sabe todas las cosas: “Mujer virtuosa ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”. Proverbios 31:10.

La autora es profesora retirada.

Opinión Alicia Pereira de Barrantes archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí