Los paramilitares orteguistas y la Policía se han ensañado con la niñez y adolescencia nicaragüense, al existir una lista de al menos veinte menores que fueron asesinados en ataques de estos grupos.
La situación alarmante ha llevado a organismos como la Asociación Sociedad Nicaragüense de Pediatría y el Movimiento Mundial para la Infancia, Capítulo Nicaragua, a lamentar y condenar las acciones de grupos armados contra los niños y adolescentes, en el caso específico de Teyler Lorío, de 15 meses, y Kevin González, de 16 años, ambos fallecidos.
Pero las acciones violentas han continuado tras estos comunicados, siendo el último caso un ataque en el parque ubicado en el barrio Batahola Norte, la tarde del lunes pasado, resultando heridos de bala dos adolescentes y con golpes en el abdomen y brazo derecho un tercero de sexo femenino.
Según los padres de uno de los heridos y la adolescente golpeada, después de las 5:00 p.m. del lunes aparecieron cuatro camionetas marca Hilux con hombres encapuchados, que dispararon sin importarles que en el sector habían menores jugando y al final raptaron a una persona.
“Fueron paramilitares los que atacaron, la gente de acá lo sabe, solo que es sandinista”, aseguró Marvin Gómez, padre de crianza de Melvin González Zúniga, quien fue llevado al Hospital Vélez Paiz luego de recibir un balazo en la pierna derecha y un charnel que se le incrustó en el pie.
Los pobladores de Batahola Norte que presenciaron el ataque aseguraron que los paramilitares operan en coordinación con la Policía, porque hasta que estos se fueron aparecieron los agentes del orden.
Estado debe de proteger, pero hace lo contrario
En el comunicado del Movimiento Mundial por la Infancia, con fecha del 23 de junio, se explica que para el caso de la niñez y adolescencia existen obligaciones adicionales en comparación con las personas adultas.
“El Estado nicaragüense debe asumir su rol como garante de derechos con mayor cuidado y responsabilidad por tratarse de un niño, niña o adolescente, y debe además tomar medidas especiales fundamentadas en el principio del interés superior de la niñez”, reza el documento.
Pero en vez de esto, el Gobierno de Nicaragua se ha convertido en verdugo de la niñez y los adolescentes, al sumarlos a la lista de asesinados en esta crisis sociopolítica del país, que no para de cobrar vidas al continuar la represión.
Los niños quemados
El primer menor que falleció en la represión gubernamental fue Álvaro Conrado, de 15 años, el viernes 20 de abril. Desde esa fecha no se han dejado de contar niños y adolescentes asesinados, pero aparte de Conrado otro suceso que ha horrorizado a la población fue la forma en que los hermanos Matías, de tres meses de edad; y Daryeli, de tres años, murieron quemados. El hecho ocurrió el sábado 16 de junio y según testigos fue ejecutado por paramilitares que le pegaron fuego a la casa donde los menores estaban, ubicada en el barrio Carlos Marx.
Los videos y fotografías de esa tragedia son escenas que no se olvidan en la memoria colectiva.
71 días han pasado desde que la Policía Nacional y paramilitares empezaron a asesinar. Todo surgió con las protestas por las reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).