Los acontecimientos ocurridos el pasado miércoles en Bocana de Paiwas son para el investigador en temas de seguridad, Roberto Orozco, como un ejemplo de lo que puede pasar en el resto del país, por el abandono que existe de la institución policial y el haber armado a la delincuencia.
“Es decir la Policía ha abandonado sus funciones institucionales y propias que son funciones de su naturaleza, que es e resguardo de la seguridad pública y el combate del delito”, dijo Orozco, quien enfatizó que la Policía ha olvidado lo relativo a la seguridad pública y el área preventiva, por dedicarse a la represión.
De todas las fuerzas policiales incluyendo las de prevención de tránsito están siendo utilizadas para aumentar el dispositivo de la represión, y esa institución ha olvidado su función que por ley deben cumplir.
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Esto coincide con señalamientos que han hecho algunos conductores capitalinos, en cuanto a que en caso de accidentes automovilísticos los agentes de tránsito no están llegando al lugar del percance y cuando los involucrados han llamado lo que les dicen es que hagan el vídeo y fotografía con sus teléfonos celulares y se los lleven a las delegaciones, porque no tienen personal. El miércoles en Bocana de Paiwas cuatro personas fallecieron en un intercambio de disparos entre sospechosos y vecinos del sector, que impidieron un asalto.
Sin embargo, la ola de asaltos ya se ve también en Managua, indicó Orozco, quien consideró que los delitos se están incrementando.
InSight Crime hace un análisis sobre lo que llaman parapolicías en Nicaragua que señala ya se implican en robo y secuestros con fines políticos. “Y no sería difícil que consideraran sacar provecho personal de su experiencia en estas actividades. Tanto el secuestro como la extorsión son actividades ilícitas lucrativas en otros lugares del continente americano”.
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“Los grupos parapoliciales que emplea el gobierno nicaragüense han mostrado más allá de toda duda su propensión a la violencia, y es posible que los actuales disturbios les permitan afinar sus habilidades criminales e inmiscuirse más en actividades ilícitas, como la extorsión y el secuestro”, dice InSight Crime. Ese centro de investigación señaló que el férreo control y la extrema falta de transparencia del gobierno dificultan estimar los índices de criminalidad existentes en Nicaragua y saber si los grupos parapoliciales tienen un rol en otras actividades criminales.
Coctel explosivo
Roberto Orozco señala que el hecho que el Gobierno haya entregado armas a la delincuencia en el país, “es un cóctel explosivo” para el aumento de los delitos en materia de seguridad pública.
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Y debido a ello, Orozco considera que Nicaragua podría entrar más adelante es a una situación similar a la que sufrieron los países del llamado triángulo norte en la región.
Y la inseguridad ocurrirá sobre todo “por la densidad de armas de fuego en manos de la delincuencia”, apuntó el investigador.