El papa Francisco ha llamado a la paz y al cese de la violencia en Nicaragua por tercera ocasión desde abril, exhortando además al diálogo nacional para alcanzar la democratización que los mismos obispos como mediadores de ese proceso se han trazado para el país.
Durante el Ángelus de este domingo, el pontífice dirigió palabras de esperanza para Nicaragua, que vive una brutal represión gubernamental desde el pasado 19 de abril y que le ha costado la vida a más de 220 personas. Según organizaciones de derechos humanos, la mayoría de los asesinatos han sido provocados por policías y paramilitares al servicio del régimen de Daniel Ortega.
El primer mensaje sobre el país fue el 22 de abril, a pocos días de iniciada la represión sangrienta: “Manifiesto mi cercanía en la oración a ese amado país y me uno a los obispos en el llamamiento a que cese toda violencia…”.
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El segundo mensaje lo emitió el pasado 3 de junio y en él condenó la violencia del Gobierno: “Me uno a mis hermanos obispos de Nicaragua y a su dolor por las violencias cometidas por grupos armados”, dijo el papa Francisco en la oración del Ángelus desde la ventana del palacio apostólico del Vaticano, en la festividad del Corpus Christi.
Encuentro privado
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) son mediadores y testigos del Diálogo Nacional que sostiene una delegación del gobierno de Daniel Ortega con la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, proceso de diálogo que surge precisamente por la crisis que atraviesa la nación, donde la sociedad civil demanda a Ortega su salida inmediata por la vía constitucional.
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El Diálogo Nacional que ha estado en un impasse por la negativa de Ortega de aceptar discutir los temas de democracia, de acuerdo con el obispo Abelardo Mata, podría reiniciar este martes.
Este sábado el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, junto con monseñor Rolando Álvarez —ambos participantes como mediadores en el diálogo—, sostuvieron un encuentro privado con el pontífice, donde le expondrían la crisis sociopolítica que vive el país.
Los obispos le han propuesto una ruta al mandatario que tiene que ver con aceptar elecciones anticipadas y de esa manera poder conseguir la refundación democrática de Nicaragua.
Ortega no ha respondido a la propuesta de los religiosos y tampoco ha aceptado discutir temas de democracia en el proceso de las conversaciones, mientras sostiene la represión no solo con la Policía, sino con grupos paramilitares que secuestran, disparan y persiguen a la población que protesta.
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Daniel Ortega gobierna Nicaragua desde el 2007, en este último periodo presidencial gobierna junto a su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta.